Comentarios sobre México y sus políticos

"Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

"La derecha cree en el libre mercado, la izquierda en la libertad social, y ambas no se dan cuenta que uniéndose se forma el liberalismo" (Sergio Sarmiento)

viernes, marzo 24, 2006

Agua, PEMEX y Juárez

En la última semana se festejaron 3 fechas que son ejemplos clásicos de cómo la sociedad mexicana está dividida, más o menos, en 2 grandes grupos que tienen dos visiones distintas sobre lo que se requiere en nuestro país. El 16 de marzo inició en el DF el IV Foro Mundial del Agua que culminó con el Día Mundial del Agua el día 22. El 18 se conmemoró un aniversario más de la expropiación petrolera. Y el pasado 21 de marzo se festejó el bicentenario del natalicio de Benito Juárez. Por un lado hay personas, asociaciones, y partidos políticos, que buscan mantener un status quo de las cosas, y si hablan de cambios es para anular lo que se ha hecho en los últimos años para regresar a “soluciones” o criterios de hace 30, 50 o 100 años. Del otro lado están personas, asociaciones, y partidos políticos, que intentan realizar los cambios que hacen falta para adecuar a México, para prepararlo, para competir de manera ágil y eficiente en el mundo globalizado del cual ya formamos parte y que si no hacemos algo ya, nos sumirá aún más en la pobreza.

Empecemos con el agua. Debido al incremento de la población, de los cambios climáticos, y de la contaminación, el agua se esta volviendo un recurso cada vez más escaso. El agua es imprescindible para la vida, para nuestro desarrollo, para la economía. Es un recurso estratégico. El Foro Mundial del Agua que se realiza cada 3 años es un intento de las naciones para buscar soluciones globales para asegurar ese recurso estratégico para toda la humanidad. Lamentablemente, al igual que en México, el asunto se ha politizado, polarizándose en dos grandes grupos: por un lado los que exigen que el agua sea considerada como un derecho para todas las personas y que, como tal, sea distribuida gratis a todos. Por el otro lado, están quienes piensan que aunque el agua sea considerada un derecho, todos tenemos la obligación de pagar por el servicio de tener agua potable en nuestras casas. Al final todo se reduce a los recursos para invertir en la infraestructura que garantice agua para todos de manera sustentable. El primer grupo acusa de que todo es un complot de las grandes trasnacionales y de los países del 1er mundo para privatizar el agua en todo el planeta, que la intención del foro es exagerar la gravedad del problema para tomar el “camino fácil” de la privatización, lo cual llevaría a un encarecimiento del servicio poniéndolo fuera del alcance de los más pobres.

Sin embargo los datos duros son muy distintos. Hoy en día quienes pagan más por el agua son precisamente los pobres, quienes viven en asentamientos nuevos y/o irregulares, sin infraestructura para el agua, y sólo reciben el agua en pipas, una vez por semana y a precios carísimos. Y en muchas colonias y ciudades, aunque existe infraestructura para llevar el agua a todos los hogares, el vital líquido viene contaminado, no es potable, o sólo hay suministro por unas pocas horas al día. Nuevamente los sectores pobres y de clase media baja son quienes sufren éstas condiciones. La gente que vive en colonias de mayor nivel económico no sufren esos problemas, pues cuentan con cisternas, tinacos y modernos sistemas hidroneumáticos y de filtrado para tener agua de excelente calidad durante todo el día. Es muy probable que un rico pague menos por el agua para llenar su piscina que lo que pagan muchas personas que sólo reciben el servicio en pipas una vez a la semana.

Los gobiernos, sobre todo en los países en desarrollo, no cuentan con los recursos para invertir en la infraestructura que hace falta. Por eso se habla de concesionar el servicio a empresas privadas, para que realicen la inversión. Obviamente las tarifas tienen que aumentarse. Yo en lo personal no estoy de acuerdo que se den concesiones a empresas privadas para el servicio de agua. Se estaría creando un monopolio, pues por cuestiones físicas, de la red de tuberías, no se puede crear un mercado abierto de agua en una población. Pero de lo que no hay duda es que las tarifas deben aumentar. Hoy se está subsidiando el agua, no se esta pagando lo que realmente cuesta llevarla a la casa de cada uno de nosotros, ni lo que cuesta tratarla para descontaminarla una vez que sale de nuestros hogares. Si, el agua es un derecho para todos los seres humanos, pero eso no significa que no debamos pagar por el servicio. Durante años, décadas, se ha invertido mucho dinero en campañas de concientización para que la gente cuide el agua. Seguimos desperdiciándola. Hoy es tan barata, tanto como 2 pesos el metro cúbico en el DF donde cuesta 10 veces más llevarla hasta esa altura desde otros estados, que la gente no la cuida, quien tiene acceso al servicio por tubería. Lo que es de todos es de nadie, mientras no nos cueste no la cuidaremos. El día que paguemos lo que cuesta entonces empezaremos a cuidarla. Sin embargo hay gente que todo lo quiere recibir gratis y que cree que todo lo debe dar el gobierno, como si éste estuviera generando dinero de la nada. El dinero del gobierno sale de los impuestos (de quienes si pagamos) y de los servicios que cobra.

Con PEMEX y el petróleo pasa algo semejante. Hay un grupo que se opone sistemáticamente a todo lo que huela a inversión privada en energía y petróleo. No les importa que estemos importando gasolina y gas a precios altísimos por no poder producirlos/extraerlos en nuestro territorio. ¿Y por qué no podemos producirlos en México? Porque falta mucho dinero para invertir. Y es que todos los ingresos que obtiene PEMEX por la venta de petróleo crudo al extranjero se los queda el Gobierno Federal. En el 2005 alrededor del 35% de los ingresos totales del gobierno salieron de PEMEX. La empresa se esta muriendo, pues en esa industria es mandatario reinvertir una proporción significativa de sus ganancias para mantener siempre un nivel de reservas. Hoy en día los pasivos (deuda) de PEMEX es igual que sus activos, es decir, contablemente la empresa no vale nada, o pertenece a sus acreedores, como lo quieran ver.

Hoy Andrés Manuel López Obrador (AMLO) promete bajar el precio del gas y las gasolinas, pero no dice cómo le va a hacer. Por los altos precios internacionales del petróleo en estos momentos la gasolina nos esta siendo subsidiada. Si bajan aún más los precios, las pérdidas de PEMEX serán mayores. Eso significaría menos ingresos para el Gobierno Federal, los cuales tendrían que ser compensados con deuda o con más impuestos. AMLO habla de que reduciendo la corrupción y recortando gasto superfluo se tendría el dinero suficiente. No lo dudo que pueda ser posible. Lo que dudo es que AMLO lo lleve a cabo. La corrupción en el DF aumentó muchísimo en su administración (Bejarano, Ponce, Padierna, Ahumada, Imaz, etc.) y el gasto corriente también lo hizo. No se ve por donde. Y nuevamente tenemos dos visiones de país, por un lado quienes quieren que el gobierno resuelva todos los problemas, quienes creen que los ciudadanos son como niños chiquitos que siempre deben estar bajo la protección de “papá gobierno”, y quienes creen que el gobierno debe enfocarse a mantener el Estado de Derecho, controlar las reglas del juego, que éstas se cumplan, y que los ciudadanos, adultos que son, generen su propio destino.

Benito Juárez hace casi 150 años luchó por una república liberal, en la cual el individuo fuera respetado y protegido por el Estado. Juárez luchó contra los conservadores de su tiempo, aquellos que querían mantener el status quo de las cosas, una economía cerrada, donde al no haber competencia externa, sólo los ricos de siempre se ensañaban con los consumidores cautivos. Luchó con los cacicazgos, compadrazgos, nepotismos, de su época, quienes querían mantener los privilegios de su pequeño grupo en perjuicio de la mayoría de la población. Se opuso determinantemente a que existieran varios tipos, niveles o clases de mexicanos. Para él todos éramos iguales ante la ley y no debería haber tratamiento distinto. Hoy en día parece que no hemos avanzado. Todavía existe un grupo de neo-conservadores que quieren cerrar las fronteras, quieren castigar a la mayoría de los ciudadanos, los consumidores, en beneficio de ciertos grupos, pequeños, de productores. Intentan dividir a la población, en clases, e incluso algunos hasta en razas. Impulsan leyes que específicamente dividen a los mexicanos en dos, indígenas y no indígenas, creando para los primeros mas derechos y menos obligaciones dizque para compensar que los segundos tienen ventajas. Buscan un Estado sobre protector de la indefensa ciudadanía, un Estado que brinde la mayor cantidad de derechos posibles, sin costo alguno, con ninguna o pocas obligaciones.

Ésta es la encrucijada en la cual nos encontramos ahora rumbo a las elecciones presidenciales del 2 de julio próximo, ¿qué rumbo de país queremos? ¿En cuál grupo de personas queremos estar? En mi editorial de la semana pasada comentaba que una de las razones principales por las que AMLO va arriba en las encuestas era porque sus promesas van dirigidas al sector mayoritario de la población que no entiende mucho de finanzas públicas y que creen que el gobierno es todo poderoso y que puede proveer de servicios más baratos y hasta gratis sin que pase nada malo a toda la economía. Durante décadas así se nos ha educado en el sistema educativo público nacional. Al PRI le convenía mantener a una población dependiente lo más posible del gobierno para todas sus necesidades. El PRI durante décadas “administró” la pobreza del pueblo, su ignorancia, para perpetuarse en el poder. Claro que las cosas se le salieron de control por sus pésimas políticas públicas, por su populismo, que las recurrentes crisis crearon un hartazgo en la población que eventualmente lo quitó del poder.

Sin embargo todavía hay mucha gente que quiere vivir dependiendo del gobierno, que cree que eso es posible. Aunque las crisis ya no han aparecido en 10 años, todavía hay mucha pobreza y decepción entre la población. Esto es lo que ha servido de combustible a la exitosa y pragmática campaña populista, neo-conservadora, de AMLO. Aunque la mayoría de sus seguidores no entienden de finanzas y economía, y tienen amnesia histórica, sigue sorprendiendo que exista gente que supuestamente es más educada, que tiene mayor acceso a la información, que conoce de los temas, pero que aún así opinan que AMLO, si gana, no causará mayor daño a la economía del país y que no cumplirá sus promesas de campaña, o que para cumplirlas tendrá que aplicar las reformas estructurales que tanto sataniza en sus discursos de campaña, pero que son las únicas que le darán los recursos para cumplir sus promesas sin comprometer la estabilidad económica de México. Incluso hay quienes afirman que AMLO es quien cuenta con el mejor plan de gobierno, el mejor “proyecto” de nación. Lo que causa el romanticismo social en algunas personas.

El domingo 19 de marzo, Paco Calderón publicó un excelente cartón titulado “Sí, cómo no” en el periódico El Norte, que resume excelentemente las razones para desconfiar de AMLO. A continuación citaré lo escrito en el cartón:

“Mejor hagámonos a la idea –dicen- y confiemos que quien se mofa de la ley habrá de respetarla. Quien maldice la riqueza habrá de fomentarla. Quien detesta la transparencia nos rendirá cuentas. Quien vive del pleito traerá concordia. Quien desprecia las instituciones busque “restaurar” la república. Quien se escuda en el insulto para rehuir el debate, consolidará la democracia. Quien se rodea de corrupción habrá de combatirla. Y quien así obtenga el poder, habrá de moderarse luego.” Ajá. Phineas Barnum, el autor de “La cultura de masas”, lo explicó alguna vez: “Cada minuto nace un bobo”.

Sólo los bobos pueden creer que el árbol que ha crecido torcido enderezará sus ramas precisamente cuando más poder y menos razones para hacerlo tenga. Por mi parte, si gana AMLO prefiero decir y aceptar ante todo mundo que me equivoqué con él, a tener que decirle a todo el mundo: “se los dije”.

jueves, marzo 16, 2006

REDUCIR LAS TARIFAS DE LA LUZ, GAS Y GASOLINAS

De acuerdo a una encuesta publicada por El Universal el lunes 13 de marzo pasado, la promesa de Andrés López (AMLO) de reducir las tarifas eléctricas, del gas LP y natural, así como de la gasolina si llega a la presidencia es la 3ª que más recuerda la gente, tan sólo después del ayuda a las personas de la 3ª edad y de la ayuda, en general, a los pobres. También en ésta semana, esa promesa, de reducir las tarifas de los energéticos, recibió fuertes críticas de Alfredo Elías Ayub, director de la CFE, así como del Presidente Fox. Ambos funcionarios expresaron que esa promesa, de cumplirse, pondría en riesgo las finanzas públicas del país. El titular de la paraestatal agrego: “Difícilmente se puede producir electricidad más barata de lo que la producimos con los precios como están. Si alguien decide bajar las tarifas, tendrá que sacar dinero de algún lado para subsidiarlas, porque el país necesita a largo plazo, una empresa eléctrica sana".

Lamentablemente durante más de 70 años los regímenes priístas crearon una cultura entre la mayoría de la población mexicana de un gobierno todo poderoso, de “papa gobierno”, cuya responsabilidad es proveernos de todo y gratis. Esa falsa percepción de la realidad entre la mayoría de la población es lo que permite que propuestas populistas como la de reducir las tarifas de la luz, gas y gasolina tengan tanta aceptación. Como ya lo estuvimos analizando en semanas pasadas, la mayoría de las promesas de AMLO son de ese estilo, de proveer servicios, apoyos, ayuda a amplios sectores de la población. Su estrategia electoral es, sin duda, impecable. Tiene bien definido su población objetivo: las clases bajas, los más pobres, que en México son más de la mitad de la población, casi el 80% si incluimos a la clase media baja. Ese sector de la población es el que más apoyos ha recibido en las últimas décadas con una innumerable lista de programas (Contigo, Progresa, Solidaridad, Procampo, Conasupo, Liconsa, Diconsa, y un largo etcétera), sin embargo los resultados han sido escasos, por no decir nulos y hasta negativos. Han creado a un grupo de población dependiente de “la caridad” gubernamental. Presas fáciles de los partidos políticos en tiempos de campaña.

Cabe agregar que la mayoría de esa población tiene un nivel educativo bajo (primaria o máximo secundaria), y no tiene acceso a información económica y, aunque se le proporcione dicha información, es poco probable que la entienda. En las democracias modernas son los votos los que cuentan, no el nivel educativo ni la información con la que cuenten los votantes. Vale lo mismo el voto de una persona que no sabe leer ni escribir y que le dicen que vote por el partido de México, ese que tiene los colores de la bandera, que el voto de un ciudadano con estudios universitarios y hasta con postgrado que entiende de macroeconomía, de impuestos (por que los paga y tiene que hacer su declaración cada año), del tipo de cambio, de la inflación, de las tasas de interés, etc. Ante ésta situación, y como comentó Severo Pérez, un amigo mío, y lo cito: “mejor vayámonos acostumbrado a la idea de que el peje será nuestro próximo presidente. Yo honestamente la veo muy difícil que no gane, especialmente cuando la gente de escasos recursos (populista) es la que lo apoya, ya que son la gran mayoría. La verdad si gana por eso, entonces el país se lo tiene merecido porque siendo sinceros nosotros pertenecemos a una pequeñísima parte de la población que no esta jodida y el resto que si esta muy jodido son la gran mayoría de la población de este país. El que gane el peje no quiere decir que sea la solución, pero si gana al menos hay que reconocer la causa.”

Y las causas, para quienes tenemos acceso a Internet, que somos parte de esa minoría con estudios por arriba del promedio de la población, con ingresos por arriba del promedio de la población, deben quedarnos claras. Por ahí he leído y escuchado que tanta “propaganda” negativa hacia AMLO sólo le ésta subiendo su popularidad, pues se hace la víctima de un “compló” de parte de “los de arriba”, de “los poderosos”, que no quieren que llegue pues saben que sus días de privilegios terminarán. Dicen “que mientras más mal hablan de López Obrador, más popular es.” Probablemente así sea, pero quienes tenemos acceso a más información, quienes tenemos más educación, no podemos, no debemos quedarnos callados. Si nuestro trabajo de informar, o al menos presentar nuestro punto de vista, causa que más gente vote por AMLO ni modo, hay que hacernos a la idea. Si ése es el nivel de la mayoría de los ciudadanos mexicanos que en lugar de investigar, informarse, ver “pros” y “contras”, evaluar argumentos, en resumen razonar su voto, prefieren votar por alguien porque “les cae bien”, “habla bonito”, “es como nosotros”, “habla como nosotros”, “me va a dar un ayuda”, “me va a bajar la luz y el gas”, etc., pues entonces, bajo las reglas democráticas que tenemos, un gobierno de ese nivel será el que tendremos.

Y es que sólo hay de dos “sopas” en la “ecuación” de propuestas populistas en una campaña electoral: Quien hace esas propuestas no sabe nada de economía ni las repercusiones que tendrán en las finanzas públicas, o si sabe de lo que esta hablando pero sólo quiere llegar al poder sin importarle prometer mentiras. En cualquiera de los dos escenarios estamos “fritos”, pero si a la mayoría de la población no le importa o no lo entiende, pues no podemos hacer nada más que tratar de informar o hacer razonar a quienes conocemos. La mayoría de mis lectores tendrán acceso a éstas líneas por un correo electrónico o por una página de Internet. Somos de ese grupo minoritario y privilegiado que tenemos acceso a esta tecnología. En verdad haríamos muy mal si después de saber lo que sabemos ni siquiera acudiéramos a votar, dejando que otras personas decidan por nosotros. El abstencionismo, según algunas encuestas, rondará el 50% el próximo 2 de julio. Es triste que casi uno de dos mexicanos no les interese quien los gobierne aunque tenga tanta influencia en su vida. Y el abstencionismo es mayor en la clase media y alta, en quienes tenemos acceso a más información y mayor nivel educativo. Pues “los de abajo”, como dice AMLO, son en buena parte acarreados el día de la elección. Así que usted ya sabe, estimado(a) lector(a), si no va a las urnas aunque sea a anular su voto, aténgase a las consecuencias.

Pero volviendo al tema de la reducción de tarifas de energía eléctrica, gas y gasolina, ¿por qué no pueden bajarse como afirma la CFE y Fox? ¿O qué pasaría si se bajan como promete AMLO? Para dejar más claro el asunto voy a citar a continuación lo que publicó el lunes 13 pasado Everado Elizondo, Subgobernador del Banco de México, en El Norte:

“El entorno actual es propicio para la expresión de demandas que consisten en el establecimiento de "precios justos" para ciertos productos y servicios. El uso del concepto "precios justos" es muy frecuente entre líderes de grupos de presión, políticos, moralistas y activistas sociales. Como quiera, es curioso notar que el término no se encuentra por lo común en los libros de texto de microeconomía (digamos, en un clásico, como The Theory of Price, de G.J. Stigler), ni en los diccionarios de la materia (por ejemplo, en un referente usual, como The Penguin Dictionary of Economics).“Al parecer, la noción del "precio justo" constituye una materia bastante plástica, moldeable a voluntad del proponente. En los casos a los que me referí al principio, el término se puede aplicar, por un lado, a un "precio justo" para los productores de algunos bienes agrícolas y, por otro, a un "precio justo" para los consumidores de algunos energéticos. Esta ductilidad sugiere de inmediato una pregunta quizá difícil: ¿"justo" a juicio de quién? Inevitablemente, del Gobierno, única entidad con poder suficiente para hacerlo obligatorio. Pero la acotación no resuelve las dudas.“Para empezar, conviene apuntar que "precio justo" quiere decir, en la práctica, un precio diferente del que rige en el mercado. Supongamos, por ejemplo, que el Gobierno "garantiza" a un grupo de productores un precio superior al de mercado, en aras de alguna idea peculiar de "justicia". En tales condiciones, caben dos posibilidades atendibles: i) los consumidores pagan el nuevo precio; o, ii) el Gobierno absorbe la diferencia. En este último caso, por supuesto, el costo final lo sufren los contribuyentes (actuales o futuros). Independientemente de los aspectos económicos del asunto -que apenas insinué-, lo señalado sugiere otra pregunta ética: ¿qué justifica tal redistribución forzosa del ingreso? En otras palabras, ¿por qué merecen algunos productores el beneficio que reciben? Y, ¿por qué se impone un sacrificio a los consumidores y a los pagadores de impuestos? ¿Serán pobres todos los primeros? ¿Serán ricos todos los segundos?“En síntesis, conviene recordar que los "precios justos" no son otra cosa que controles oficiales de precios, con beneficios y costos que inciden en forma muy compleja sobre los diversos sectores de la sociedad. Por eso se presentan en forma de argumentos morales. Es una manera sencilla de obtener el apoyo del respetable, sin tener que entrar en honduras analíticas. El razonamiento que sustenta esta estrategia es muy sólido: por una parte, los beneficiarios del arreglo perciben con claridad su provecho y constituyen grupos que, aunque son relativamente pequeños, están bien cohesionados; por la otra, los afectados perciben de manera difusa los costos que sufren y, aunque su número puede ser muy grande, no están organizados. El saldo positivo (para el proponente) es obvio.”

El precio de los energéticos no se puede cambiar nada más por deseo, por decreto, al menos no sin afectar otras variables económicas. Para empezar hay que separar a las tarifas de la energía eléctrica, del gas y de las gasolinas entre sí, pues aunque todas se nos hacen altas, tienen causas y condiciones muy distintas. La energía eléctrica en México ya esta subsidiada, sobre todo para el consumo doméstico (~50% de descuento) y el rural (~70% de descuento). Dichos subsidios van disminuyendo al aumentar el consumo, como debe de ser, por eso gente que tiene aires acondicionados y los prende muchas horas pues su factura sale muy alta. ¿Cuánto más piensa bajarlas AMLO? Por cierto, de acuerdo a una nota publicada por El Norte, todos los trabajadores activos y jubilados de la CFE reciben 350 kW/Hr gratis por mes, y “pagan” un centavo de peso por cada kilowatt hora adicional. De este modo, el consumo promedio de los trabajadores de la CFE es de 966 kW/Hr mientras que el promedio del resto de la población es de 150 kW/Hr. Sólo para comparar, el consumo promedio de los clientes residenciales de alto consumo, entiéndase los millonarios con mansiones y climas centrales, es de 543 kW/Hr. Es “prestación” tuvo un costo para el Erario de más de 2 mil millones de pesos durante el 2005, casi la mitad de las “ganancias” que reporte la CFE en el mismo periodo. En el caso de la energía eléctrica se requiere abrir el sector (que no significa privatizar) para que la CFE compita directamente con otras empresas, que los consumidores podamos cambiarnos de proveedor buscando mejores precios y servicios.

El gas butano licuado también esta subsidiado, mientras que el gas natural refleja costos altísimos porque se toman precios de referencia del mercado de sur de Texas, del cual importamos casi un cuarto de nuestro consumo natural. Aquí la solución sería importar gas natural de otras regiones y/o incrementar la inversión en nuestro territorio para ser autosuficientes en el mismo, y cambiar la fórmula para fijar el precio. Respecto a las gasolinas la razón de su alto precio es que tienen muchos impuestos. En estos momentos el precio internacional del petróleo es alto, pero hace tan poco como 3 años, casi el 50% del precio de la gasolina fueron impuestos. Sin embargo, en ninguno de los 3 casos se podrá reducir la tarifa sin que se afecten las finanzas del gobierno federal. Hacerlo significaría un impacto negativo para otros gastos del gobierno pues se tendría que destinar más recursos para los subsidios, en el caso de la electricidad y gas LP, o porque disminuirían los ingresos al bajar los impuestos en el caso de las gasolinas. Recordémoslo siempre: No hay lonche gratis, alguien tendrá que pagar por esas tarifas “justas” que propone AMLO. Sobre aviso no hay engaño, al menos yo podré decir “se los dije”.

jueves, marzo 09, 2006

SINDICALISMO CHARRO

En los últimos días hemos sido testigos de cómo las relaciones del gobierno federal con algunos grandes sindicatos del país se ha ido deteriorando. El conflicto en el sindicato de mineros se está saliendo de control y ahora exigen la cabeza del Secretario del Trabajo, Francisco Salazar, quien no quedó muy bien ante la opinión pública después de un deficiente manejo de la comunicación con la tragedia de los 65 mineros ocurrida en Coahuila el mes pasado. Sin embargo, en mi opinión, no se trata más que de otro asunto politizado por quienes intentan sacar provecho electoral al problema y, sobre todo, por seudo líderes sindicales que intentan proteger su coto de poder, sus cacicazgos, sus corruptelas entre sí.

Vayamos al principio, ¿quién es Napoleón Gómez Urrutia? Mejor conocido como “napito”, éste “líder” del Sindicato de Mineros “heredó” de su padre, Napoleón Gómez Sada, el control de la agrupación sindical, quien la "dirigió" por más de 40 años. Así es, es mentira, y todo mundo lo sabemos, que exista democracia al interior de los sindicatos. Es toda una liga de compadrazgos, intereses, que sólo buscan su enriquecimiento personal a costa de los verdaderos obreros, de los trabajadores a quienes dicen representar. Y en todos es así, al que me nombre, desde el SNTE, el de los maestros, hasta el de PEMEX, pasando por el de los electricistas (el SME y el SUTERM), la CTM, la CROC, el de Telmex, el del IMSS, y un largísimo etcétera.

“Napito” nunca en su vida ha trabajado en una mina o industria metalúrgica. Nunca ha sido obrero. Al contrario, quienes lo conocen de cerca saben que vive y se comporta como lo que es: un millonario. Tiene casas de varios millones de dólares en exclusivos sectores del DF y en San Pedro, en Nuevo León. Cuenta con propiedades a su nombre que quizá ni juntando los bienes de todos los obreros a quienes dice representar se podría comparar. La gran mayoría de esos bienes los heredó de su padre, quien amasó esa fortuna robando a sus representados y seguramente cobrando jugosas “aportaciones” a los industriales y al gobierno para mantener la “paz laboral”. Nadie esta diciendo que los líderes sindicales deban ser pobres, tienen muchas responsabilidades y definitivamente deben tener un sueldo acorde a las mismas. Sin embargo con sus sueldos ninguno de ellos podría tener las casas, los carros, las propiedades, la vida de lujos y excesos que llevan. ¿De dónde sale tanto dinero?

Ahí tenemos a los ya fallecidos Fidel Velásquez y “la güera” Rodríguez Alcaine, que durante décadas controlaron a sus sindicatos, y vivieron igual o mejor que los dueños de las empresas donde sus representados laboraban con salarios mínimos. También tenemos a Romero Deschamps, líder de los petroleros, que salió beneficiado cuando Salinas “decapitó” a “la quina”, quien era el “dueño” de Madero Tamaulipas. Romero Deschamps hoy tiene tantas o más propiedades que las que “la quina” tuvo. O qué me dicen de “la maestra” Elba Esther Gordillo, al frente del magisterio. O de Roberto Vega Galina, quien “dirige” a los trabajadores del IMSS. O Hernández Juárez, dirigente del sindicato de TELMEX, quien lleva más de 20 años al frente del mismo y que llegó al puesto bajo el lema de la no reelección. Todos ellos viven en lujosas mansiones, tienen ranchos, casas y departamentos en el extranjero, andan con chofer en lujosos automóviles blindados. ¿Y los trabajadores del país?

Todos esos sindicatos, esas confederaciones, fueron creados, controlados, promovidos durante décadas por el PRI. Eran y son la columna del PRI, su sector obrero. Es el corporativismo que Fox no quiso/pudo deshacer. Representan lo peor de la improductividad, de la corrupción, de la ineficiencia que nos tiene postrados en el tercer mundo. Son los sindicatos que han llevado a la quiebra a empresas como Fundidora en Monterrey. Son quienes ponen banderas rojinegras a empresas que aún no han iniciado operaciones ni han contratado a nadie. Son quienes obligan a las empresas a mantener un exceso de mano de obra, sumamente inflexible, aunque las lleven a la extinción. Son esos líderes que hacen “paros locos”, como el que hicieron los mineros la semana pasada en apoyo a “napito”, con tal de lograr sus propósitos. Paros que levantan si el empresario se “mocha” con el “líder”. Hay excepciones, pero son contadísimas.

Hoy “napito” es acusado, por un sector disidente de su sindicato y no por el gobierno federal, de haberse robado parte de los 55 millones de dólares que recibió como pago por el 5% de las acciones de algunas compañías mineras que fueron privatizadas a inicios del sexenio de Carlos Salinas. El acuerdo en aquél entonces era que los trabajadores recibirían el 5% del valor de las empresas con tal de acceder a que se privatizaran. El asunto estuvo en litigio durante años, hasta que hace poco el Sindicato ganó. Sin embargo “napito” logró “convencer” al gobierno, a la empresa y al banco para que el fideicomiso quedara a su nombre, y que el reparto del dinero fuera hecho por el sindicato directamente y no por el banco. El asunto es que los 55 millones de dólares ya se hicieron humo y muchos trabajadores, extrabajadores y jubilados no han recibido ni un peso. Claro que hay muchos que si recibieron dinero, los amigos de “napito” y gente clave en cada sección sindical. Por eso cuenta con mucho apoyo al interior del sindicato todavía.

La comisión de vigilancia del sindicato, donde hay una mayoría opositora a “napito”, lo destituyó el mes pasado y presentó la documentación requerida a la Secretaría del Trabajo para que “tomaran nota” del cambio de liderazgo. Tomar nota no es más que darse por enterado del hecho, no significa que el gobierno decide quien dirige a los sindicatos. Trágicamente se atravesó el accidente en la mina de carbón de Pasta de Conchos y “napito” aprovechó el asunto para actuar como el “defensor” de los obreros, poner mal al gobierno federal y a la empresa ante la opinión pública. El sindicato es tan responsable como la empresa de la inseguridad y los accidentes en las minas y en cualquier empresa. Por Ley y por contrato, los obreros tienen el derecho de declararse en huelga en cualquier momento si las condiciones laborales no son las mínimas requeridas. ¿Por qué no se declararon en huelga antes o con más frecuencia si las condiciones en las minas son tan inseguras como “napito” afirma? Una de dos sopas, o las minas no son tan inseguras, que se me antoja poco probable, o los líderes sindicales recibían y reciben “moche” de las empresas. ¿Usted qué opina, estimado(a) lector(a)?

Hubo muchas críticas al Secretario del Trabajo por el accidente en la mina de carbón, sin embargo yo no creo que haya sido como lo pintan algunos medios, los familiares y sobre todo la oposición y el sindicato leal a “napito”. La queja más recurrente es que se dieron falsas esperanzas a los familiares, que todo fue un teatro desde un principio, el intento de rescate, que ya sabían que estaban muertos. Suponiendo, sin conceder, que fuese cierto que ya sabían, el gobierno federal y la empresa, que todos habían fallecido, ¿usted cree que los familiares lo habrían creído, aceptado? ¿Se habrían quedado conformes con esa respuesta desde un principio sin ningún intento de rescate? Claro que no. Se habrían puesto igual o peor de furiosos, y con justa razón, de que no se hiciera un intento de rescate por más mínima que fuese la posibilidad de encontrarlos con vida. Si hoy, después de cómo se dieron las cosas, están protestando, exigiendo, que ya les entreguen los cuerpos, aunque las condiciones en la mina no son las adecuadas para hacer un rescate o trabajar rápidamente.

Toda esa versión de la falsedad del rescate ha sido explotada por “napito” para desviar la atención sobre los 55 millones de dólares desfalcados. También se está aprovechando el asunto de la “toma de nota” en la Secretaría del Trabajo del cambio de dirigencia para hacer ruido electoral, para aglutinar al movimiento obrero a favor de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). No hay que perder de vista que es la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), fuertemente ligada al PRD y que es un grupo disidente del Congreso del Trabajo (CT), brazo obrero del PRI, quien esta apoyando a “napito”. Francisco Hernández Juárez, “líder” del sindicato de TELMEX, es quien controla a la UNT, y ha estado restándole control al CT sobre muchos sindicatos en el país. Es la UNT quien más se opone a cualquier reforma laboral en México, a la inversión privada, entre muchas otras cosas.

La estrategia de AMLO, que ya esta cada vez más clara, es asegurar un fuerte apoyo por parte del sector más corporativista al interior del PRI de tal manera que, si gana la Presidencia, conseguir la mayoría en el Congreso. Recordemos que una de las maneras que tiene el PRI de controlar a los sindicatos es dando curules en el Congreso a sus líderes. Tanto Romero Deschamps por los petroleros, como Elba Esther Gordillo por el magisterio, y Roberto Vega Galina por el IMSS, entre muchos otros, tienen varios diputados y senadores cada uno bajo su control. En la siguiente legislatura eso no cambiará. De hecho, Vega Galina, quien todavía es diputado federal por el PRI, esta ya apoyando abiertamente a AMLO y tiene asegurado un curul en el Senado como plurinominal. Quiere proteger a toda costa su coto personal en el IMSS, impedir que haya reformas al sistema de pensiones de los burócratas de esa institución, con lo cual él garantiza su permanencia en ese “hueso” que tantos beneficios le ha dado.
Y no debería sorprendernos si, con un triunfo de AMLO, un amplio sector del PRI, sobre todo aquellos con ideas más nacionalistas revolucionarias (entiéndase populistas), se alineara con él. Son muchos grupos particulares que desean que las cosas sigan como están, que continúe el corporativismo, que sigan ciertos grupos económicos con exenciones y excepciones en materia de impuestos, del IVA. Que sigan los monopolios, públicos (PEMEX, CFE, educación, IMSS) y privados (TELMEX), pues la competencia entre empresas también debilita a los sindicatos. Todavía hace unos pocos meses yo afirmé, en más de un par de ocasiones, que ganara quien ganara todo seguiría igual pues nadie ganará con mayoría en el Congreso. Mayoría requerida para hacer muchos cambios. Sin embargo ya no estoy tan seguro. Cada vez veo más evidencia de que si AMLO gana muchos priístas se irán con él. Al final de cuentas él es un priísta, aunque diga lo contrario. Está rodeado de priístas y de exsalinistas, que todavía tienen muchos nexos al interior del tricolor. No debería extrañarnos que así sucediera. No se deje engañar, estimado(a) lector(a), estamos en época electoral y todo hay que verlo con ese filtro.

jueves, marzo 02, 2006

50 COMPROMISOS DE AMLO, SEXTA PARTE Y ÚLTIMA

Continuamos con el análisis de los 50 compromisos de Andrés López (AMLO). Quién sabe que tan compromisos sean, pues ya ven que hace menos de 6 meses él le pedía al IFE que hubiera 10 debates, al menos, y menos tiempo de spots en radio y televisión. Hoy, como la chimoltrufia que como dice una cosa dice otra, afirma que con un debate es suficiente, que no irá a los otros 3, de los 4 que ya se comprometieron los demás candidatos. Y además tiene un programa de televisión de media hora con cobertura nacional. ¿Se acuerdan cuando dijo que a él lo dieran por muerto, que él terminaría completo su sexenio en el DF? ¿O cuando dijo que Ponce iba a aclarar todo al día siguiente, en una conferencia, que él ya había hablado por teléfono con él, y horas después nos dimos cuenta de que se había fugado? La lista de mentiras es larguísima. Pero terminemos con sus 50 “compromisos”.

“41.- Simplificaremos el pago de impuestos. En el Impuesto Sobre la Renta, bastará con la automanifestación de ingresos y el pago de la tasa correspondiente. Bajo protesta de decir verdad, de manera sencilla, los ciudadanos podrán pagar sus contribuciones en centros comerciales y bancos o por internet, y la fiscalización se llevará a cabo por sorteo.”

¿En serio cree AMLO que una medida así, de automanifestación, funcionaría en México? ¿Qué acaso no conoce la cultura, la idiosincrasia de los mexicanos? En México, lamentablemente, la cultura del “no pago”, de la evasión, de la corrupción, es parte de nuestra idiosincrasia. Por muchas razones, entre las que destacan décadas de corrupción en todos los niveles de gobierno, poca infraestructura donde se vean los impuestos bien aplicados, sectores económicos políticamente protegidos y privilegiados que no pagan impuestos por ley, y sobre todo funcionarios públicos super millonarios (Hank, Montiel, Madrazo, Salinas, Durazo, Bejarano, Ponce, etc.), la gente no confía en el gobierno. No vemos que lo que nos quitan de impuestos sea bien utilizado. Lo que requerimos es una reforma fiscal integral, con impuestos fáciles de calcular y fiscalizar. Pero por nuestro entorno cultural, tienen que seguir siendo obligatorios y bien fiscalizados.

“42.- Otorgaremos concesiones para la operación de bancos regionales, que ayuden a enfrentar el problema de la falta de créditos para el desarrollo.”

La falta de crédito no se soluciona con más bancos, y mucho menos bancos pequeños, regionales. La causa raíz de éste problema es estructural. Todavía las crisis de décadas anteriores, principalmente la de diciembre del ’95 esta fresca, aún duele. Si bien la inflación ha ido bajando y se ha mantenido relativamente estable en los últimos 5 años, todavía México tiene muchas reformas pendientes. Reformas que AMLO ha repetido muchas veces no hará y que según él no se requieren. Un incremento en el gasto público, financiado con deuda, elevaría la inflación, afectaría la estabilidad macroeconómica. No habrá crédito para el desarrollo, o para cualquier cosa, a tasas bajas si la macroeconomía es un desorden. ¡Por favor, que alguien le ayude a AMLO a pasar el curso de economía que reprobó en la UNAM!

“43.- Reordenaremos la deuda pública. Empezaremos por transparentar el monto real de la deuda, haciendo a un lado la doble contabilidad: oficialmente, sólo se reconocen 150 mil millones cuando, en realidad, la deuda asciende a 273 mil millones de dólares. Además, la simulación implica pagar intereses más altos.”

Para empezar no hace distinción entre deuda pública externa en dólares y deuda pública interna en pesos. Aunque al final de cuentas ambas son deudas y si son excesivas pueden causar mucho daño a la economía del país, la que esta en moneda extranjera puede ser más peligrosa. Y ésta ha descendido mucho en los últimos 5 años. Por otro lado, desde el gobierno de Zedillo y en el de Fox se ha intentado pasar esas deudas al rubro “oficial”, pero no se ha podido en el Congreso, donde el PRD se ha opuesto una y otra vez. Además, la deuda “no reconocida oficialmente” se divide en tres: los PIDIREGAS, los pasivos laborales de las paraestatales, del IMSS y del ISSSTE, y del IPAB. Los primeros se crearon para poder aumentar la inversión en PEMEX y CFE, principalmente, que de otra manera no se hubiera podido hacer, pues tanto el PRI y el PRD se oponen a la inversión privada directa en esos sectores. Los pasivos laborales solo se corregirán cuando haya una reforma al sistema de pensiones de los burócratas, mismo al que se oponen el PRD y AMLO. Y la deuda del IPAB, pues ya sabemos que también se oponen a que se convierta en deuda oficial, lo cual serviría para reestructurarla y conseguir mejores tasas de interés y reducir el costo financiero. Más mentiras.

“44.- Resolveremos en definitiva la cuestión del Fobaproa y otros hoyos negros como los Pidiregas, el Rescate Carretero y los créditos de la llamada Banca de Desarrollo. Una vez aclarada y transparentada la deuda, se buscarán los términos más adecuados para reducir su costo financiero y liberar recursos para el desarrollo económico y social del país.”

Que poca m…emoria de AMLO, el PRD y quienes le creen. Como ya lo comenté en el compromiso anterior, el Gobierno Federal ha intentado reestructurar esas deudas, para reducir el costo financiero. Pero el PRD y AMLO han politizado el tema, lo han hecho su bandera en los últimos 8 años, y por eso seguimos pagando altos intereses de algo que ya es deuda y que no nos la podemos quitar.

“45.- Respetaremos la autonomía del Banco de México. Mantendremos equilibrios macroeconómicos, es decir, habrá una adecuada política monetaria y disciplina en el manejo de la inflación y el déficit público. “

“Explicación no pedida, culpa manifiesta”, dice el refrán. ¿Por qué sintió necesidad de comprometerse con algo que debería darse por sentado? La gran mayoría de sus compromisos causarían un incremento de la deuda, del déficit público e inflación. ¿Por eso sintió la necesidad de comprometerse, para dar tranquilidad, de que la macroeconomía estará bien? Por otro lado hace poco, en diciembre pasado, se propuso en el Congreso darle autonomía a otras instituciones, como la Comisión Bancaria, al SAT, entre otras. ¿Recuerdan qué fue lo que dijo AMLO? Que le querían amarrar las manos. ¿Significa eso que quiere meter las manos a su gusto en esas instituciones? ¿O qué me dicen de sus comentarios sobre Guillermo Ortiz, el gobernador del Banco de México? No lo baja de corrupto por haber sido uno de los responsables por el rescate bancario.

“46.- Impulsaremos un nuevo federalismo para definir con claridad las reglas de la convivencia y cooperación entre los gobiernos federal, estatales, municipales y del Distrito Federal.”

“Explicación no pedida, culpa manifiesta”, nuevamente aplica el refrán. ¿Cooperará con los distintos órdenes de gobierno como él cooperó con el Gobierno Federal actual, por ejemplo, en el caso del Seguro Popular? Durante casi 5 años se dedicó, prácticamente en todas sus conferencias mañaneras, a criticar al gobierno de Fox. Era raro cuando se hablaba de algo referente al DF, y si se hablaba era porque los periodistas lo presionaban con algún escándalo en su administración, para lo cual, muy frecuentemente, salía con su tontería de “lo que diga mi dedito”. ¿O qué me dicen de las críticas que vociferó en contra de la Suprema Corte de Justicia cuando había algún falló en su contra? Ya puedo imaginarme el golpeteo mediático que usará, de llegar al poder, en contra del Congreso, de la SCJN, de los gobernadores, de quien se le quiera oponer, con los recursos que el Gobierno Federal tiene.

“47.- Seremos respetuosos de la autonomía del Poder Legislativo, procurando encontrar puntos de acuerdo en beneficio del desarrollo social, económico y político del país.”

“Explicación no pedida, culpa manifiesta”, otra vez aplica el refrán. Si cuando estuvo al frente del GDF criticó duramente al Congreso cuando no le convenían sus decisiones. ¿Se acuerdan de aquél año en que no le aprobaron el monto de deuda que el pretendía contraer para el DF? Luego luego salía con su verborrea del PRIAN. Pero, ¿algún comentario cuando el PRI y el PRD se unieron, incontables veces, para detener iniciativas de Fox? Nada. ¿Acaso creen que AMLO, con la personalidad que ha demostrado tener cuando tiene un poco de poder, desde la toma de pozos y carreteras en Tabasco en los 90’s, hasta las movilizaciones que hizo en el DF cuando candidato a la Jefatura de Gobierno, pasando por el golpeteo mediático desde el GDF, creen que respetará las decisiones del Congreso? La duda existe, por eso se sintió obligado a hacer este compromiso.

“48.- Acataremos las resoluciones del Poder Judicial. Y respetuosamente seguiremos insistiendo en la necesidad de su reforma para crear en su interior, un verdadero sistema de control y vigilancia que evite la corrupción y garantice el recto proceder de jueces, magistrados y ministros.”

Lo mismo, ¿por qué tiene que comprometerse a esto? Por que hay muchas evidencias de que no lo ha hecho en el pasado. Hay muchas dudas de que si lo hará si llega a la Presidencia. “Explicación no pedida, culpa manifiesta”.

“49.- Otorgaremos prestigio y respetabilidad a la presidencia de la República. El Presidente de México actuará como político responsable, es decir, como hombre de Estado, no como jefe de partido, de facción o de grupo. El Presidente no utilizará a las instituciones de manera facciosa, ni para ayudar a sus amigos ni para destruir a sus adversarios. Representará a todos los mexicanos y será un factor de concordia y de unidad nacional.”

Una pregunta: ¿Así como se compromete a comportarse si llega a la Presidencia, se comportó cuando fue Jefe de Gobierno del DF? ¿Acaso no controló a la mayoría perredista en la Asamblea Legislativa del DF? ¿No se manejó de manera facciosa, para ayudarse a sí mismo, cuando bloqueó la Ley de transparencia en el DF? Hay evidencia más que suficiente de su manejo político en el GDF como para afirmar que en la Presidencia de la República se manejará igual o peor.

“50.- Como se hizo en el Distrito Federal, y llevando a cabo las reformas legales necesarias, el Presidente de la República se someterá al principio de la revocación del mandato. Al cumplirse tres años, se hará una consulta con una sola pregunta: ¿Quieres que continúe en su cargo el Presidente de la República o que se le revoque el mandato? El pueblo es soberano: así como otorga un mandato, puede retirarlo. El pueblo pone y el pueblo quita.”

Para empezar, esto es algo que tendría que aprobar el Congreso, modificar el COFIPE, la Ley electoral, y darle atribuciones al IFE para llevar dicha consulta junto con las elecciones federales intermedias. De lo contrario se convertiría en una farsa como lo fueron las “consultas” que hizo en el DF. Me gustaría ver que propusiera eso, que el IFE controlara dicha consulta y que quedara en la Ley. ¿Lo hará?

Necesité 6 semanas y más de 20 páginas para analizar los 50 compromisos de AMLO. Hoy todavía sigue como puntero en las encuestas, con entre 5 y 7 puntos porcentuales arriba de Felipe Calderón del PAN, por lo que probablemente él sea el próximo Presidente de México. Si llega a cumplir o intentar cumplir estos 50 compromisos (más los que ha ido prometiendo en cada ciudad y estado del país que visita), México podría caer en una severa crisis para el 2º o 3er año del próximo sexenio. Hay muchos que opinan que no podrá cumplir todas estas promesas pues muchas de ellas dependen de la aprobación del Congreso, y éste estará muy dividido, más que hoy. De hecho el PRD no sería ni la primera mayoría, pues de acuerdo a las encuestas muchos de los que hoy dicen que votarán por AMLO para Presidente, no lo harán por la alianza PRD-PT-Convergencia para diputados y senadores. Además, el PRD quedará debilitado pues tuvo que ceder muchos plurinominales al PT y a Convergencia para esa alianza, misma que no agregó más puntos a AMLO de los que ya tenía.

Sin embargo, recordemos que dentro del PRI, al menos la mitad de ellos, son “nacionalistas-revolucionarios” (populistas y demagogos para que me entiendan). La mayoría de las propuestas de AMLO significan un retroceso a la “docena trágica” (1970-1982), una época dorada para los priístas populistas, cuando los sindicatos crecieron en tamaño y poder. Una época en que los burócratas se multiplicaron como conejos, y la corrupción creció en forma desmedida y descarada. Dichas propuestas, que mantendrían esos cotos de poder en muchos sectores de nuestra economía, en muchas paraestatales e instituciones, serían vistas con muy buenos ojos por muchos diputados y senadores del PRI. Que junto a los del PRD, PT y Convergencia le podrían dar a AMLO la mayoría para pasar sus propuestas. Yo si estoy preocupado. Por eso me estoy ocupando en poner mi granito de arena para evitar que AMLO llegue al poder. ¿Usted qué está haciendo?