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jueves, marzo 09, 2006

SINDICALISMO CHARRO

En los últimos días hemos sido testigos de cómo las relaciones del gobierno federal con algunos grandes sindicatos del país se ha ido deteriorando. El conflicto en el sindicato de mineros se está saliendo de control y ahora exigen la cabeza del Secretario del Trabajo, Francisco Salazar, quien no quedó muy bien ante la opinión pública después de un deficiente manejo de la comunicación con la tragedia de los 65 mineros ocurrida en Coahuila el mes pasado. Sin embargo, en mi opinión, no se trata más que de otro asunto politizado por quienes intentan sacar provecho electoral al problema y, sobre todo, por seudo líderes sindicales que intentan proteger su coto de poder, sus cacicazgos, sus corruptelas entre sí.

Vayamos al principio, ¿quién es Napoleón Gómez Urrutia? Mejor conocido como “napito”, éste “líder” del Sindicato de Mineros “heredó” de su padre, Napoleón Gómez Sada, el control de la agrupación sindical, quien la "dirigió" por más de 40 años. Así es, es mentira, y todo mundo lo sabemos, que exista democracia al interior de los sindicatos. Es toda una liga de compadrazgos, intereses, que sólo buscan su enriquecimiento personal a costa de los verdaderos obreros, de los trabajadores a quienes dicen representar. Y en todos es así, al que me nombre, desde el SNTE, el de los maestros, hasta el de PEMEX, pasando por el de los electricistas (el SME y el SUTERM), la CTM, la CROC, el de Telmex, el del IMSS, y un largísimo etcétera.

“Napito” nunca en su vida ha trabajado en una mina o industria metalúrgica. Nunca ha sido obrero. Al contrario, quienes lo conocen de cerca saben que vive y se comporta como lo que es: un millonario. Tiene casas de varios millones de dólares en exclusivos sectores del DF y en San Pedro, en Nuevo León. Cuenta con propiedades a su nombre que quizá ni juntando los bienes de todos los obreros a quienes dice representar se podría comparar. La gran mayoría de esos bienes los heredó de su padre, quien amasó esa fortuna robando a sus representados y seguramente cobrando jugosas “aportaciones” a los industriales y al gobierno para mantener la “paz laboral”. Nadie esta diciendo que los líderes sindicales deban ser pobres, tienen muchas responsabilidades y definitivamente deben tener un sueldo acorde a las mismas. Sin embargo con sus sueldos ninguno de ellos podría tener las casas, los carros, las propiedades, la vida de lujos y excesos que llevan. ¿De dónde sale tanto dinero?

Ahí tenemos a los ya fallecidos Fidel Velásquez y “la güera” Rodríguez Alcaine, que durante décadas controlaron a sus sindicatos, y vivieron igual o mejor que los dueños de las empresas donde sus representados laboraban con salarios mínimos. También tenemos a Romero Deschamps, líder de los petroleros, que salió beneficiado cuando Salinas “decapitó” a “la quina”, quien era el “dueño” de Madero Tamaulipas. Romero Deschamps hoy tiene tantas o más propiedades que las que “la quina” tuvo. O qué me dicen de “la maestra” Elba Esther Gordillo, al frente del magisterio. O de Roberto Vega Galina, quien “dirige” a los trabajadores del IMSS. O Hernández Juárez, dirigente del sindicato de TELMEX, quien lleva más de 20 años al frente del mismo y que llegó al puesto bajo el lema de la no reelección. Todos ellos viven en lujosas mansiones, tienen ranchos, casas y departamentos en el extranjero, andan con chofer en lujosos automóviles blindados. ¿Y los trabajadores del país?

Todos esos sindicatos, esas confederaciones, fueron creados, controlados, promovidos durante décadas por el PRI. Eran y son la columna del PRI, su sector obrero. Es el corporativismo que Fox no quiso/pudo deshacer. Representan lo peor de la improductividad, de la corrupción, de la ineficiencia que nos tiene postrados en el tercer mundo. Son los sindicatos que han llevado a la quiebra a empresas como Fundidora en Monterrey. Son quienes ponen banderas rojinegras a empresas que aún no han iniciado operaciones ni han contratado a nadie. Son quienes obligan a las empresas a mantener un exceso de mano de obra, sumamente inflexible, aunque las lleven a la extinción. Son esos líderes que hacen “paros locos”, como el que hicieron los mineros la semana pasada en apoyo a “napito”, con tal de lograr sus propósitos. Paros que levantan si el empresario se “mocha” con el “líder”. Hay excepciones, pero son contadísimas.

Hoy “napito” es acusado, por un sector disidente de su sindicato y no por el gobierno federal, de haberse robado parte de los 55 millones de dólares que recibió como pago por el 5% de las acciones de algunas compañías mineras que fueron privatizadas a inicios del sexenio de Carlos Salinas. El acuerdo en aquél entonces era que los trabajadores recibirían el 5% del valor de las empresas con tal de acceder a que se privatizaran. El asunto estuvo en litigio durante años, hasta que hace poco el Sindicato ganó. Sin embargo “napito” logró “convencer” al gobierno, a la empresa y al banco para que el fideicomiso quedara a su nombre, y que el reparto del dinero fuera hecho por el sindicato directamente y no por el banco. El asunto es que los 55 millones de dólares ya se hicieron humo y muchos trabajadores, extrabajadores y jubilados no han recibido ni un peso. Claro que hay muchos que si recibieron dinero, los amigos de “napito” y gente clave en cada sección sindical. Por eso cuenta con mucho apoyo al interior del sindicato todavía.

La comisión de vigilancia del sindicato, donde hay una mayoría opositora a “napito”, lo destituyó el mes pasado y presentó la documentación requerida a la Secretaría del Trabajo para que “tomaran nota” del cambio de liderazgo. Tomar nota no es más que darse por enterado del hecho, no significa que el gobierno decide quien dirige a los sindicatos. Trágicamente se atravesó el accidente en la mina de carbón de Pasta de Conchos y “napito” aprovechó el asunto para actuar como el “defensor” de los obreros, poner mal al gobierno federal y a la empresa ante la opinión pública. El sindicato es tan responsable como la empresa de la inseguridad y los accidentes en las minas y en cualquier empresa. Por Ley y por contrato, los obreros tienen el derecho de declararse en huelga en cualquier momento si las condiciones laborales no son las mínimas requeridas. ¿Por qué no se declararon en huelga antes o con más frecuencia si las condiciones en las minas son tan inseguras como “napito” afirma? Una de dos sopas, o las minas no son tan inseguras, que se me antoja poco probable, o los líderes sindicales recibían y reciben “moche” de las empresas. ¿Usted qué opina, estimado(a) lector(a)?

Hubo muchas críticas al Secretario del Trabajo por el accidente en la mina de carbón, sin embargo yo no creo que haya sido como lo pintan algunos medios, los familiares y sobre todo la oposición y el sindicato leal a “napito”. La queja más recurrente es que se dieron falsas esperanzas a los familiares, que todo fue un teatro desde un principio, el intento de rescate, que ya sabían que estaban muertos. Suponiendo, sin conceder, que fuese cierto que ya sabían, el gobierno federal y la empresa, que todos habían fallecido, ¿usted cree que los familiares lo habrían creído, aceptado? ¿Se habrían quedado conformes con esa respuesta desde un principio sin ningún intento de rescate? Claro que no. Se habrían puesto igual o peor de furiosos, y con justa razón, de que no se hiciera un intento de rescate por más mínima que fuese la posibilidad de encontrarlos con vida. Si hoy, después de cómo se dieron las cosas, están protestando, exigiendo, que ya les entreguen los cuerpos, aunque las condiciones en la mina no son las adecuadas para hacer un rescate o trabajar rápidamente.

Toda esa versión de la falsedad del rescate ha sido explotada por “napito” para desviar la atención sobre los 55 millones de dólares desfalcados. También se está aprovechando el asunto de la “toma de nota” en la Secretaría del Trabajo del cambio de dirigencia para hacer ruido electoral, para aglutinar al movimiento obrero a favor de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). No hay que perder de vista que es la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), fuertemente ligada al PRD y que es un grupo disidente del Congreso del Trabajo (CT), brazo obrero del PRI, quien esta apoyando a “napito”. Francisco Hernández Juárez, “líder” del sindicato de TELMEX, es quien controla a la UNT, y ha estado restándole control al CT sobre muchos sindicatos en el país. Es la UNT quien más se opone a cualquier reforma laboral en México, a la inversión privada, entre muchas otras cosas.

La estrategia de AMLO, que ya esta cada vez más clara, es asegurar un fuerte apoyo por parte del sector más corporativista al interior del PRI de tal manera que, si gana la Presidencia, conseguir la mayoría en el Congreso. Recordemos que una de las maneras que tiene el PRI de controlar a los sindicatos es dando curules en el Congreso a sus líderes. Tanto Romero Deschamps por los petroleros, como Elba Esther Gordillo por el magisterio, y Roberto Vega Galina por el IMSS, entre muchos otros, tienen varios diputados y senadores cada uno bajo su control. En la siguiente legislatura eso no cambiará. De hecho, Vega Galina, quien todavía es diputado federal por el PRI, esta ya apoyando abiertamente a AMLO y tiene asegurado un curul en el Senado como plurinominal. Quiere proteger a toda costa su coto personal en el IMSS, impedir que haya reformas al sistema de pensiones de los burócratas de esa institución, con lo cual él garantiza su permanencia en ese “hueso” que tantos beneficios le ha dado.
Y no debería sorprendernos si, con un triunfo de AMLO, un amplio sector del PRI, sobre todo aquellos con ideas más nacionalistas revolucionarias (entiéndase populistas), se alineara con él. Son muchos grupos particulares que desean que las cosas sigan como están, que continúe el corporativismo, que sigan ciertos grupos económicos con exenciones y excepciones en materia de impuestos, del IVA. Que sigan los monopolios, públicos (PEMEX, CFE, educación, IMSS) y privados (TELMEX), pues la competencia entre empresas también debilita a los sindicatos. Todavía hace unos pocos meses yo afirmé, en más de un par de ocasiones, que ganara quien ganara todo seguiría igual pues nadie ganará con mayoría en el Congreso. Mayoría requerida para hacer muchos cambios. Sin embargo ya no estoy tan seguro. Cada vez veo más evidencia de que si AMLO gana muchos priístas se irán con él. Al final de cuentas él es un priísta, aunque diga lo contrario. Está rodeado de priístas y de exsalinistas, que todavía tienen muchos nexos al interior del tricolor. No debería extrañarnos que así sucediera. No se deje engañar, estimado(a) lector(a), estamos en época electoral y todo hay que verlo con ese filtro.

1 Comments:

At 7:47 p.m., Blogger Heisman said...

Señor Danny Portales, interesante recuento de quienes son el peor cáncer de la sociedad: los líderes sindicales. Es una vergüenza para este país contar con esta fauna social. Desgraciadamente no se le ve ni cuándo pueda ser extirpado. Es más, ni yo mismo sé cómo actuar para ayudar a mi país a que estas lacras desaparescan. Mi voto es insuficiente y en un estado como en el que yo vivo, Coahuila hay una coptación terrible por parte del gobierno estatal. ¡AUXILIOOOOO!

 

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