Comentarios sobre México y sus políticos

"Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

"La derecha cree en el libre mercado, la izquierda en la libertad social, y ambas no se dan cuenta que uniéndose se forma el liberalismo" (Sergio Sarmiento)

viernes, mayo 06, 2011

Cambio de estrategia

Nuevamente, en esta nueva marcha contra la inseguridad, buscando paz, se pide un cambio de estrategia al gobierno federal. Sin embargo, entre las propuestas que hacen los marchistas no leo ninguna de corto plazo, todas son de mediano y largo plazo (educación, valores, sistema judicial, combate a pobreza, etc.), incluso algunos hasta proponen pactar con el crimen organizado. Ninguna de ellas es útil para detener al convoy de sicarios que hoy recorre las calles y carreteras del país, matando, robando, extorsionando, y secuestrando gente inocente.

 

Y para colmo hasta piden que se deje de usar a las fuerzas armadas en el combate al crimen cuando son las únicas instituciones (Ejército y Marina) que han logrado resultados tangibles. Hoy las leyes y la Constitución obligan a los poderes ejecutivos de los 3 niveles de gobierno a combatir al crimen organizado (aunque gobernadores y alcaldes no lo hagan). El uso de la fuerza, de las armas, por parte del Estado en el combate al crimen no es opcional para el Ejecutivo. Es un mandato de Ley.

 

Si se quiere cambiar esa estrategia el destinatario de las consignas de los marchistas debería ser el Congreso para que modifique las leyes, apruebe alguna de las 16 iniciativas contra el lavado de dinero que están congeladas, así como la Ley de Seguridad Nacional que regularía el uso de las fuerzas armadas, además de un debate y eventual legalización de las drogas. Todo eso está pendiente en el Congreso. Lamentablemente mientras sigamos en una partidocracia en la que los políticos no rinden cuentas a los ciudadanos, hay pocas esperanzas.