Comentarios sobre México y sus políticos

"Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

"La derecha cree en el libre mercado, la izquierda en la libertad social, y ambas no se dan cuenta que uniéndose se forma el liberalismo" (Sergio Sarmiento)

miércoles, enero 23, 2013

Mal precendente de la SCJN

Las consecuencias de la sentencia de la SCJN sobre el caso Cassez tendrá más repercusiones que simplemente su liberación, ya que será usada en otros casos. Los abogados usan fallos en otros juicios para fundamentar sus defensas, sobre todo si son de la SCJN. Ahora será más difícil condenar a un criminal ya que la desestimación de un testimonio no solo se dará porque haya habido montaje televisivo, como el que hizo García Luna con Cassez, sino que se usará cualquier argumento para descalificarlo.
 
Muchos se van con la finta y dicen que García Luna (y hasta Calderón) es el culpable por el montaje un día después de la detención. Pero ese fue sólo el "medio" con el que la defensa alegó la supuesta "inducción" por parte de la procuraduría en el testimonio de las víctimas. Simplemente con que se diga que la víctima fue "inducida" por el fiscal, en cualquier forma, será tomado en cuenta para desechar esa prueba. Si la policía habla con las víctimas y les señala a los supuestos criminales, aunque no haya cámaras, se podrá decir que la víctima fue inducida. O si la víctima cambia en lo más mínimo su primera declaración (y en un juicio los hacen declarar muchas veces en múltiples instancias) ya con eso la defensa podrá pedir que se desestime ese testimonio. ¿Quién cuenta una historia exactamente igual siempre?
 
De ese modo, en el futuro, si no detienes al secuestrador en infraganti recogiendo dinero o cuidando al secuestrado, será difícil condenarlo por simple testimonio. El secuestro es un delito complicado de probar si no se arresta infraganti. El cobro es en efectivo, se cubren la cara, le tapan los ojos a la víctima, los mantienen en una situación de estrés extremo, en fin, se dejan pocos rastros. Será difícil condenar a los cabecillas de las bandas, que no cuidan al secuestrado ni recogen el dinero. Al tiempo.