Comentarios sobre México y sus políticos

"Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" (Albert Einstein)

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)

"La derecha cree en el libre mercado, la izquierda en la libertad social, y ambas no se dan cuenta que uniéndose se forma el liberalismo" (Sergio Sarmiento)

martes, julio 07, 2009

Reflexiones postelectorales

Después de haber analizado los resultados de éstas elecciones intermedias a nivel federal y de gobernador para NL me gustaría hacer varios comentarios. La mayoría de los medios, la gente y los partidos dan por sentado que fue un castigo para el PAN, para las políticas de Felipe Calderón, y sobre todo de Germán Martínez que buscó la confrontación más que la propuesta. He leído y escuchado de todo, el que más me llamó la atención fue uno que repiten mucho los priístas: “el pueblo decidió”.

 

¿Realmente decidió el pueblo? ¿Quién es el pueblo? ¿El pueblos somos sólo el 45% que fuimos a votar? ¿El pueblo es menos del 20% del padrón que votó por el PRI? Se dice que el resultado de ésta elección es un castigo al PAN por 9 años de mal gobierno y promesas incumplidas. Yo sinceramente lo dudo. No juzgo a los gobiernos panistas ni sus promesas incumplidas, me refiero a que si esa sería la intención de los menos de 1 de cada 2 ciudadanos que fuimos a votar el domingo pasado. Los resultados que estamos viendo ya habían sucedido, y sorpresivamente muy similares. Así es, en las elecciones intermedias de hace 6 años, en el 2003, el PAN también había sufrido un “revés” y el PRI se había “fortalecido”. 

 

En el 2003 el PRI obtuvo el 36.8% de los votos para la cámara de diputados. En el 2009 obtuvo el 36.6%. El PAN obtuvo 30.7% hace 6 años y 28% ahora. El que aparentemente resultó castigado fue el PRD pues del 18% cayó al 12%. Sin embargo, si sumamos los votos del PT y Convergencia de ahora del 2009 que López Obrador le robó al PRD llega de nuevo al 18%. ¿Hubo voto de castigo por los 9 años? Yo no lo veo así. Lo que hubo en el 2003 y 2009 comparados contra el 2000 y el 2006 es un alto abstencionismo. En el 2003 fue del 58% y en el 2009 del 55%. Si sumamos los votos nulos a ambos resultados tenemos un 62% hace 6 años y un 61% ahora. Las cifras equivalentes para 2000 y 2006 son del 38 y 44% respectivamente. Es decir, en promedio hay una diferencia de 20% del padrón electoral que no vota en las intermedias donde se renueva a la cámara de diputados. ¿Quién dice ahora que la gente está más harta de los partidos o que se castigó al PAN? Yo no veo diferencias significativas que indiquen esas conclusiones.

 

Yo veo un patrón muy consistente que cuando se elige al Presidente de la República más gente se interesa y sale a votar. Después de tantas décadas de presidencialismo exacerbado la gente sigue dándole más importancia al poder ejecutivo. Ese 20% que sólo sale a votar cuando es la elección presidencial no son voto duro, han sido muy volubles, y en las dos últimas elecciones han preferido al PAN. En el 2000 lo hicieron para sacar al PRI de Los Pinos. En el 2006 para evitar que ganara AMLO. Incluso en el 2006 se nota que muchos priístas cuando vieron perdido a Madrazo votaron por el PAN o por el PRD, pues en ese año el PRI se cae a un 28% desde el nivel de 37-38% que ha mantenido de manera constante desde 1997 hasta el 2009. Unos lo hicieron para evitar que ganara AMLO, otros para evitar que “la derecha” volviera a ganar.

 

Los promotores del voto nulo tampoco deberían echar las campanas al vuelo. En el 2003 los votos nulos fueron el 3.4%, y en el 2009 llegaron al máximo histórico de 5.6%. Sin embargo analizando los datos 2003-2009, tal pareciera que una buena parte de ese incremento en 2 puntos porcentuales vino de abstencionistas que decidieron ir a las urnas a anular su voto. La protesta es válida, pero tampoco es muy significativa. Sumando ambas cifras, abstencionismo más votos nulos, vemos que son casi iguales en ambas elecciones, 62 y 61% respectivamente.

 

Todos los partidos tienen su voto duro, pero el PRI es quien más voto duro posee, llegando a un nivel de 36-38% en elecciones intermedias, cuando por el alto abstencionismo éste se hace más evidente. El PAN trae su nivel de voto duro del 26-28% y el PRD sigue con su 18% histórico, aunque ahora dividido por AMLO hacia el PT y Convergencia. Incluso el PVEM tiene un voto duro del orden del 4-5%, nada mal para que sus dueños sigan dándose la vida de magnates a costa del Erario, de nuestros impuestos. En las elecciones presidenciales un 20% adicional del padrón sale a votar y son quienes deciden la elección. Todos estos porcentajes son a nivel nacional, pues analizando por estados, hay cotos de poder muy particulares, como el PRD en el DF, el PRI en Coahuila y Tamaulipas o el PAN en Guanajuato, por mencionar los más evidentes.

 

Es de todos sabido que el PRI es el único partido político en México que tiene comités partidistas, representantes, en todos los municipios del país. Y desde hace décadas han acarreado a la gente el día de las elecciones para votar. Desde dar transporte, despensas y comida ese día, hasta la compra de votos. Hace unos años el carrusel era el modo más famoso para asegurar la compra del voto. Pero con las nuevas tecnologías ahora es con fotos de celular como el PRI se asegura que su compra de votos fructifique. Los otros partidos también tienen su corazoncito, y hacen su acarreo y sus mañas, pero el PRI es quien tiene mucha ventaja por su presencia principalmente en áreas rurales o urbanas de muy bajos ingresos. Zonas donde está la mayoría de la población, y donde hay mucha necesidad. A esa gente no le importa quién gobierne ni que leyes se aprueben si su preocupación es qué van a comer ese día o cómo harán el mandado de la semana. Para gente que gana 700 o 1000 pesos por semana, que le ofrezcan 500 por su voto, es muy atractivo. Y mucha gente que sin que la compren votan por el PRI porque “aunque roben mucho siempre dan despensas y apoyos a los pobres”.

 

El PRI nunca dejó el poder en México. Lo sacamos de Los Pinos pero mantuvo mayoría en el Congreso federal y el control de la gran mayoría de los estados. Salvo en ésta legislatura que está por terminar 2006-2009, donde cayó al 3er lugar, siempre fue la primera fuerza. No ha tenido mayoría absoluta en la cámara de diputados desde que la perdió en el 1997, pero es el partido que ha marcado la agenda, pues sin su apoyo no se le puede modificar ni una coma a la Constitución. Ahora en el periodo 2009-2012 con su alianza con el PVEM, y quizá con el Panal, tendrá mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. ¿Y eso qué significa? Pues nada más y nada menos que será el PRI, sin la necesidad de alianza con el PAN o el PRD (si acaso sólo con el PVEM, quien ya sabemos tiene un precio bajo), quien decida unilateralmente el presupuesto de egresos de la federación, qué y cómo se gastará el dinero de nuestros impuestos. La Ley de Ingresos tiene que ser aprobada en el Senado y con los diputados, pero los egresos sólo se deciden y se aprueban entre los diputados. ¿El PAN gobierna? Nunca lo ha hecho, nunca ha decidido el PAN por sí sólo ni los ingresos ni los egresos de la Federación. Y quien controla el dinero controla el país.

 

Los anulistas y  abstencionistas dicen que todos son iguales. Se parecerán mucho, pero al menos en la ideología económica no son iguales. Y ya lo empezaremos a comprobar. Ayer dijo Beatriz Paredes que no habrá más impuestos y que se ampliará el gasto para impulsar la economía en tiempo de crisis. Para la gran mayoría esto les parecerá lo correcto, pero no es así. Lo que realmente está proponiendo es más gasto pero con menos ingresos, eso significa déficit presupuestal  (que ya este año es altísimo, de más de 3% del PIB por las acciones contra cíclicas), que deberá ser cubierto con deuda pública. Si es deuda en pesos, elevará las tasas de interés y hará más escaso el crédito para las empresas, pues los bancos y los inversionistas preferirán financiar al gobierno por el menor riesgo. O sería con deuda externa, la cual si es muy elevada genera inflación, altas tasas de interés y sobre todo la pérdida del poder adquisitivo. La inflación es el impuesto más regresivo de todos, pero nadie parece recordar nuestras épocas de alta inflación. Pareciera que todos los ciudadanos mexicanos sólo recuerdan del 2000 a la fecha.

 

Espero equivocarme, pero estoy casi seguro que el PRI continuará con esa política expansionista del gasto por los siguientes 3 años para mantener su posicionamiento ante el electorado. Obviamente los estados y municipios priístas serán los más beneficiados con el presupuesto de egresos. Peña Nieto tendrá mucho más dinero para mantener su campaña mediática rumbo al 2012. Los efectos de un déficit muy alto no son inmediatos. No los veremos en el 2010, 2011 o 2012, pero cada vez la calificación de riesgo país para México se irá deteriorando. La inflación irá subiendo poco a poco, y los ingresos petroleros menguarán aún más (con la reforma energética fallida que nos recetó el PRI junto con el PRD y AMLO). Sin una reforma fiscal integral, sin la reforma laboral, seguiremos nadando de muertito hacia peores condiciones macroeconómicas. La disciplina fiscal que Zedillo, Fox y Calderón más o menos han mantenido, se esfumará. El populismo y la demagogia no crean desarrollo, crean dependencia. Si no, al tiempo.  Yo me lavo las manos, pero al menos 1 de cada dos personas que lean esto no podrán decir lo mismo.

 

Dany Portales

http://no-al-populismo.blogspot.com/

"El castigo que los hombres buenos tienen que pagar por no estar interesados en la política es ser gobernados por hombres peores que ellos mismos" (Platón)