Comentarios sobre México y sus políticos

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lunes, diciembre 12, 2005

¿TENEMOS SOBERANÍA?

Por Dany Portales
3 de octubre del 2005

En las últimas semanas el precio del gas natural se ha incrementado significativamente ocasionando una crisis en varios sectores industriales, que usan intensivamente ese energético, así como en muchos hogares del país. México es un país deficitario en gas natural, es decir, tenemos que importar el hidrocarburo para satisfacer nuestra demanda interna. Aunque no contamos con muchas reservas de gas como otros países, al menos deberíamos ser autosuficientes en gas natural, sino es que exportadores netos. En días pasados el Presidente Fox entregó al Congreso varias iniciativas, algunas de corto plazo, y otras de largo plazo, que buscan paliar la crisis en el incremento de los precios de la energía en nuestro país. Una de las propuestas pretenden modificar la Constitución para permitir que la extracción de gas natural seco (no asociado con petróleo) pueda ser concesionado a particulares, como ya se hace con todos los minerales (oro, plata, hierro, etc.), de tal manera que se incremente la oferta interna del energético, se deje de importar, y se pueda tener un precio más competitivo para empresas y familias. Sobra decir que, aún antes de leer las iniciativas, distintos grupos en el Congreso, principalmente del PRD y del PRI, se opusieron tajantemente a cualquier reforma que modifique la Constitución en materia de energía y petróleo, en detrimento de nuestra soberanía. Si esos cambios dañarían a nuestra soberanía quiere decir que México es un país soberano en materia de energía. ¿Realmente tenemos esa soberanía?

Partiendo del hecho de que tenemos que importar un porcentaje significativo del gas natural que consumimos, desde la zona del planeta donde se cotiza con el más alto precio, porque no hemos sido capaces de crear la infraestructura necesaria para encontrar, extraer y distribuir el hidrocarburo dentro de nuestro territorio, yo creo que no tenemos soberanía en materia energética. Desde 1992 el precio del gas natural en nuestro país se calcula en base a una fórmula definida desde entonces y conocida por todo mundo (políticos, empresarios, gobierno, etc.). El precio durante cualquier mes es un promedio de la cotización de los últimos 10 días del mes inmediato anterior en el mercado del sur de Estados Unidos. Durante los 90’s los precios internacionales del petróleo y gas natural estuvieron relativamente bajos, por lo que la fórmula funcionó, incluso hubo pequeños lapsos donde PEMEX perdió dinero, pues el precio internacional se cotizó por debajo de los costos de producción. Nadie se quejó, ningún industrial amenazó con paros o intentó pagar más por el gas para ayudar a las finanzas del país. Sin embargo, en los últimos 5 años, el precio de los hidrocarburos ha estado subiendo. Muy pocos, por no decir nadie, se protegió con coberturas que PEMEX ofreció para tal propósito. Los huracanes Katrina y Rita que golpearon las costas de EU en el Golfo de México, afectaron significativamente la capacidad productora de nuestro vecino, disparando los precios del petróleo y del gas hasta las nubes. Ahora si todo mundo exige que el Gobierno Federal haga algo, ahora si todo mundo se queja. ¿De quién es la culpa realmente? ¿Cuál es la causa raíz del problema? ¿Alguien se cuestiona esto?

Japón no cuenta con reservas de gas ni de petróleo, los tiene que importar de otros países. México cuenta con importantes reservas de ambos hidrocarburos. ¿Qué país es más soberano en materia energética? Si entendemos el concepto de soberanía simplemente como autosuficiencia respecto a terceras naciones, a no depender de nadie más para satisfacer nuestras necesidades, pues responderemos diciendo que ninguno de los dos países es soberano en materia energética. Sin embargo, eso no es soberanía en toda la extensión del concepto. Soberanía no es la simple posesión de un bien, es control sobre el mismo, conocer su movimiento, presente y futuro, para poder planear con suficiente precisión las acciones a tomar de tal manera que no afecten en el desempeño propio, en el nivel de vida, de satisfacción, de quien controla ese bien. La soberanía no es un concepto absoluto, como para decir que lo tienes o no lo tienes. Es relativo, es decir, hay distintos grados de soberanía sobre una cosa, diferentes niveles de control. Estados Unidos también es deficitario en materia de hidrocarburos, tiene que importarlos de todos los confines del mundo para satisfacer su demanda, sin embargo, ¿quién es más soberano en materia energética, México o EU? Aunque no estemos de acuerdo con los métodos imperialistas de nuestro vecino, tenemos que entender ellos son mucho más soberanos en energía que nosotros; incluso Japón, que importa prácticamente la totalidad de su consumo de hidrocarburos, es más soberano en energía que México, pues cuenta con coberturas y contratos de largo plazo que le dan una mayor certidumbre a sus habitantes, a sus empresas, sobre el comportamiento de los precios.

El trasnochado, caduco, reaccionario, nacionalista, concepto de soberanía que tienen la mayoría de los políticos en México (y lamentablemente la mayor parte de la población gracias a más de 70 años de adoctrinamiento por parte del PRI-gobierno a través de la educación pública) ha ocasionado que México, contando con los recursos naturales, no sea soberano en energía ni siquiera bajo esa simplista definición. Durante décadas, la visión estatista, paternalista, populista, de la economía solo ha logrado que México se retrase respecto al resto de las naciones. Hace 30 años los mexicanos teníamos mejor nivel de vida e ingreso que países como Corea, Irlanda, España o Chile. Hoy, esos países nos han dejado atrás gracias a que ellos tienen un concepto de soberanía mucho más amplio que el que nos ha regido a nosotros. Hoy hay quienes aseguran que debemos regresar a las políticas económicas y sociales implementadas en los 70’s para que México salga de su atraso. Su razonamiento es muy simple: “si en aquél entonces estábamos bien, o mejor que ahora, significa que lo que se hacía, lo que se dictaba desde el gobierno funcionaba y hay que repetirlo.” Ese razonamiento simplista es el resultado de un total, completo, desconocimiento del funcionamiento de la macroeconomía, de la economía en general, y de la total ignorancia de las condiciones, variables, externas e internas que afectan a un país.

Las acciones de gobierno, buenas o malas, por lo general no tienen resultados, buenos o malos, de manera inmediata, de hecho, cualquier acción de política económica realizada por un país tendrá efectos tanto inmediatos como de largo plazo. Incluso, dichos efectos, a lo largo del tiempo, pueden ser hasta opuestos. Por ejemplo, un excesivo gasto gubernamental basado en deuda pública puede tener efectos positivos en el corto plazo, habría más dinero en la economía, se generarían más empleos. Sin embargo, dicha deuda tiene efectos catastróficos en el mediano y sobre todo en el largo plazo, pues eventualmente se tendrá que pagar, y se desviarán recursos del Erario, de los impuestos, para cubrirla. Recursos que quizá debieron ser para infraestructura y/o educación, por ejemplo. Además, inyectar dinero a la economía sin que éste haya sido generado de manera productiva (con trabajo), genera inflación, pues la oferta de productos y servicios no es elástica, es fija (en el corto plazo), la demanda sube por el exceso de dinero, subiendo los precios. Esto es lo que nos ha pasado en los últimos 35 años. Durante los 70’s los gobiernos populistas de Luis Echeverría (LEA) y de José López Portillo (JLP) se endeudaron irresponsablemente bajo la idea de que los altos precios del petróleo durarían para siempre. Pero eso no fue lo peor, lo más grave es que usaron dicho endeudamiento para gasto corriente, principalmente contrataron a más burócratas, tanto en dependencias gubernamentales como en las empresas paraestatales, incrementaron los sueldos y prestaciones a todo mundo (mismos que, por ley, no pueden ser reducidos o cancelados después sin el consentimiento de los trabajadores), y las aberraciones fiscales de subsidiar muchos productos básicos, dejar fuera del IVA a alimentos, medicinas y otros insumos, así como no cobrarle impuestos a la gran mayoría de burócratas.

Aunque la inflación no tardó en presentarse desde mediados del sexenio de LEA, la gente que vivió y trabajó en ésa época no recuerda la crisis como grave, pues la burbuja de bonanza ocultó los problemas muy bien. Pero, al caer los precios internacionales del petróleo a principios de los 80’s, todo se colapsó. Y desde entonces, desde hace 25 años, no hemos dejado de sufrir, de pagar las consecuencias, de las pésimas políticas económicas de los 70’s. Las inflaciones de hasta 3 dígitos durante prácticamente todos los 80’s y las de 2 dígitos en los 90’s, acabaron con el poder adquisitivo de la población. Los gobiernos se vieron acorralados entre un incremento del gasto corriente, de las pensiones, sueldos y prestaciones de los burócratas, así como una mayor carga del servicio de la deuda, y una menor recaudación fiscal por la cantidad de exenciones y excepciones. Lo único que ha medio cubierto a las finanzas del gobierno ha sido el ingreso petrolero, pero en detrimento de PEMEX y de la inversión en exploración y producción de los hidrocarburos, entre otras cosas. Esas son las causas raíz del problema que tenemos hoy en día respecto a los altos precios de gas natural, de gasolina, de electricidad. Yo no estoy descubriendo el hilo negro, cualquiera con 2 dedos de frente y conocimientos básicos en economía, finanzas, e historia reciente puede llegar a la misma conclusión. La mayoría de los políticos, de los empresarios, de los medios de comunicación tienen ésta información, pero no les importa. Los políticos de oposición, así como los empresarios, que piden que, por decreto, baje el precio del gas natural no dicen que el presupuesto esta fijo desde que el Congreso lo aprueba el año anterior. El gobierno no puede bajar el precio más allá de lo que se había estimado y con lo que se hicieron los cálculos de ingresos. Si lo hace, tendrá que tomar dinero que tenía otro destino, y alguien más se quejará. O tendrá que endeudarse, a costa de muchos, para subsidiar a unos pocos (la historia de México).

De cualquier manera, son sólo paliativos, nada de eso ataca el problema de fondo: una reforma estructural mayor, que cambie el sistema fiscal, el energético, el laboral, político y social de todo el país. Todo esta interrelacionado, no se puede hacer una reforma energética sin afectar a los ingresos del gobierno, o no se puede hacer una reforma fiscal sin contar con un nuevo contrato laboral. Y no se puede hacer ninguna de las anteriores mientras no haya una reforma del Estado que acabe o minimice a la partidocracia y de la cual resulte un Congreso que verdaderamente represente a los intereses de la mayoría y no sólo a intereses de grupo, de unos cuantos, de unas cúpulas partidistas que quieren seguir pegados de la ubre del Erario (favor de visitar www.anula-tu-voto.org.mx ). Por eso el gobierno tuvo que “vetar” la reforma al régimen fiscal de PEMEX, pues al no haber una reforma fiscal integral, el gobierno tendrá menos dinero en el 2006, y muchos programas sociales, educativos y de seguridad, tendrán que cancelarse, pues el gasto corriente (deuda pública, pensiones y sueldos de burócratas, principalmente) se comerá lo poco que se recauda por IVA e ISR.

México sería mucho más soberano en materia energética si todo, o la mayoría, del petróleo y gas natural se procesaran (diferente a explotación, ojo) en nuestro territorio, aunque fuese por compañías extranjeras, pero que generaran empleo e impuestos aquí. Hoy en día importamos gas natural, gasolina, diesel, pero sobre todo importamos la gran mayoría de los derivados del petróleo, plásticos y petroquímicos, que pudieran producirse aquí si la miopía de “nuestros” políticos se terminara. Deberíamos estar exportando gasolina, plásticos y otros químicos, producidos en México, con nuestros hidrocarburos, aunque fueran compañías privadas, extranjeras inclusive, quienes lo hicieran. Entonces si seríamos soberanos. ¿O usted que opina?