Comentarios sobre México y sus políticos

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lunes, mayo 22, 2006

¿QUIERES SABER LA VERDAD SOBRE EL FOBAPROA?

El dictamen del Auditor Superior de la Federación, dado a conocer el 30 de marzo de 2006, completa un ciclo con el que termina el proceso de rescate de los ahorradores de la banca.
Toda vez que dicho proceso se ha prestado para una multitud de comentarios inexactos, de muchas fuentes, que han confundido a la opinión pública, por lo que se considera indispensables las siguientes aclaraciones:

1º Causas del quebranto bancario: a) El alza en las tasas de interés provocada por la crisis de 1995 fue de tal magnitud que el servicio de los créditos bancarios llegó a exceder el ingreso de las familias o la capacidad de pago de las empresas, y b) otras agravantes, de no menor importancia, provinieron del retraso salarial provocado por la inflación, la pérdida de empleos y la caída en las ventas de las empresas.

2º Consecuencias que pudo haber tenido el quebranto: Ante la imposibilidad de la banca de cobrar parte importante de sus créditos y carecer por lo tanto de recursos suficientes para responderle a sus ahorradores, se hubiera producido un retiro masivo de recursos ante el que la banca no iba a poder responder. El colapso económico, en este contexto, habría sido mucho más largo y profundo que el experimentado.

3º Respuesta que evitó un colapso: Para impedir un colapso financiero de proporciones gigantescas para familias y empresas, el FOBAPROA, como lo preveía y exigía la ley, entregó recursos para que los bancos pudieran cumplir sus compromisos con los ahorradores. Parte de los montos que utilizó FOBAPROA se destinaron también al auxilio de pequeños deudores.

4º Bancos que superaron la crisis: El auxilio a los ahorradores se condicionó a los bancos de forma tan estricta que, de los 18 bancos de aquella época, sólo sobrevivieron 4 con sus accionistas originales.

5º Accionistas que perdieron su capital: Los accionistas de los bancos que se sanearon perdieron su capital. No se apoyó a uno solo cuyos propietarios no aportaran capital y no hicieran esfuerzos exitosos para recuperar al menos parte de su cartera. A los ahorradores, en cambio, sí se les respaldó en su totalidad.

6º Costo del rescate de los ahorradores: A valores de 2004 el monto de los recursos para que los bancos pudieran responderle a sus ahorradores fue de 1,203 miles de millones de pesos, de los cuales 234 miles de millones de pesos correspondían a los ahorradores de los 4 bancos que supieron capitalizarse y así sobrevivir. Gracias a que se cumplió al pie de la letra con lo dispuesto en la ley del IPAB se recuperó a esa fecha el 53% de la última cantidad, para llegar a un costo fiscal de 111 miles de millones de pesos.

7º Elementos que disminuyeron el costo del rescate a ahorradores de los bancos sobrevivientes: Entre las medidas destacan: a) la recuperación de activos por parte de los bancos y del IPAB; b) las pérdidas que los bancos fueron obligados a absorber; c) las cantidades que tuvieron que devolver como consecuencia de las auditorías solicitadas por la Auditoría Superior de la Federación, y d) el cobro a los bancos de cuotas al IPAB por encima de estándares internacionales que han permitido reducir los gastos derivados del rescate a los ahorradores y deudores.

8º Otras experiencias: La experiencia mexicana no fue un acontecimiento aislado. Se originó por causas similares a 112 crisis comparables a la nuestra que tuvieron lugar en 93 países durante los últimos 35 años. En todas ellas se llevó a cabo un rescate de los ahorradores. El costo como proporción del PIB del caso mexicano fue de 16.98%, que se compara con porcentajes que en promedio fueron de 30% para los demás países, con un máximo de 52% en Indonesia. Otros quebrantos fueron el de Chile con 34% del PIB, Tailandia con 35% y Turquía con 31%.

9º Quiénes se beneficiaron: Los beneficiarios directos fueron, en primer lugar, los ahorradores y, en segundo lugar, los deudores sin capacidad de pago. Los beneficiarios indirectos fuimos todos, la población entera del país que no tuvo que padecer una contracción económica de mucho mayor magnitud con efectos devastadores sobre el empleo, los salarios y la pobreza. En total, 14.7 millones de cuentas no perdieron sus ahorros y además se benefició a 1.3 millones de deudores.

10º Quiénes abusaron: Desafortunadamente, la falta de legislación, como la aprobada durante este gobierno, dificultó la actuación de las autoridades en la intervención inmediata de los bancos, lo que propició que algunos deudores con capacidad de pago obtuvieran ventajas injustificadas. También, incluso antes de la crisis, se persiguieron operaciones fraudulentas en algunos bancos, que desafortunadamente no concluyeron en cárcel para los personajes involucrados. Sin embargo, con mucho, la mayor parte de las cantidades involucradas se utilizaron para el rescate de los ahorradores y el apoyo a deudores sin capacidad de pago.

11º Causa original de la crisis: Se ha documentado ampliamente que la estatización de los bancos provocó que se desplazaran a otras actividades sus recursos humanos y se perdiera un caudal de conocimiento relacionado con la evaluación de las solicitudes de crédito. Además, los déficit presupuestarios posteriores a la estatización condicionaron que los recursos de la banca se destinaran durante varios años casi exclusivamente a financiar al gobierno, lo que también contribuyó a que se perdiera la costumbre de valorar los riesgos involucrados en la concesión de créditos al sector privado.

12º Versiones falsas sobre el rescate a ahorradores y deudores:
a) Ante la afirmación de que el FOBAPROA duplicó la deuda pública (contradictoriamente, quienes lo afirman son los mismos que señalan que no se puede tratar de deuda pública), las cifras indican que la deuda del IPAB representa el 8.1 por ciento del PIB a marzo de 2006, un monto sin duda importante, pero que representa el 21.5 por ciento de la deuda total del sector público.

b) También se dice que el rendimiento pagado a los tenedores de esta deuda, que el día de hoy no está solamente en manos de los bancos sino también de fondos de pensiones de los trabajadores y de inversión, fue de “CETES más varios puntos capitalizables cada tres meses”. Quien afirma esto ignora que la tasa de interés de los pagarés FOBAPROA declinó hasta niveles inferiores a las tasas de mercado y que actualmente los bonos del IPAB registran un rendimiento prácticamente idéntico a los instrumentos del Gobierno Federal.

c) Hay quienes señalan que los beneficiarios fueron los banqueros. Estos críticos ignoran que detrás de los programas de rescate a ahorradores y deudores están 14.7 millones de cuentas de ahorradores y 1.3 millones de deudores que se vieron directamente beneficiados al no perder ni un sólo centavo de su patrimonio y obtener condiciones preferenciales para hacer frente a sus obligaciones.

d) Se afirma que el FOBAPROA/IPAB es una caja negra a la que nadie tiene acceso y que es necesario abrirla para revisarla. Esto es falso. A lo largo de 10 años se han transparentado y rendido cuentas sobre lo que se hizo, poniendo a disposición de los órganos fiscalizadores toda la información relacionada con los programas de apoyo a ahorradores y deudores, quienes se han pronunciado favorablemente. Además, todos los mexicanos pueden conocer el rescate y sus decisiones a través de los documentos que las autoridades financieras han puesto a su disposición.

Consulte aquí http://www.asf.gob.mx/trans/informes/ir2004i/Tomos/Ipab.pdf el informe de la Auditoría Superior de la Federación sobre la fiscalización del rescate a ahorradores y deudores de 1995 a 2004
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La verdad es que la gran mayoria de los mexicanos desconoce la realidad sobre el rescate bancario, que deberia haberse conocido como rescate de los ahorradores. Solo los diarios especializados en finanzas y economia, algunos editorialistas, y una que otra nota en los periodicos profundizaron este tema en su momento. Hasta que te metes a escarbar las causas raiz del problema, las posibles soluciones que se manejaron y, sobre todo, las posibles consecuencias de no haber hecho nada, entiendes que este rescate tenia que hacerse. No habia de otra. Es cierto que en el proceso varios delincuentes de "cuello blanco" se aprovecharon del sistema y se enriquecieron, pero son los menos. Y lo peor de todo es que las leyes vigentes en esa epoca clasificaban a esos delitos como "no graves" por lo que podian salir bajo fianza, como la mayoria lo hizo. Pero de esto, nadie dice nada.

Anexo un documento de word, es una editorial que escribi en julio del 2004. En ella hago una breve explicacion de las causas del quebranto bancario, asi como una descripcion de lo que habria pasado si no se hubieran rescatado a los ahorradores.

No se dejen engañar, RAZONEN SU VOTO!!!

Dany Osiel Portales CastroMonterrey, NL, México

LAS CAUSAS RAIZ DEL QUEBRANTO BANCARIO

(20 de julio del 2004)
La semana pasada el tema del FOBAPROA volvió a las primeras planas de los periódicos y noticieros nacionales. El IPAB y la SHCP llegaron a un acuerdo extra judicial (que no significa extra legal) con los cuatro bancos que sobrevivieron a la crisis de 1995, BANAMEX, BANCOMER, HSBC (antes BITAL) y BANORTE, para llevar a cabo el canje de los pagarés, que el FOBAPROA entregó como garantía por los créditos incobrables (cartera vencida), por bonos del IPAB. Como era de esperarse, dicho acuerdo revivió el tema y no pocos se rasgaron las vestiduras afirmando que había sido un acuerdo ilegal, que se estaba violando la ley, incluso el periódico la Jornada publicó, a ocho columnas, que se había perpetuado un “atraco a la nación”. ¿En verdad fue ilegal dicho acuerdo? ¿Hubo un atraco a la nación? ¿Es necesario ese canje? ¿Nos conviene a todos?

Primero que nada, aunque ya he escrito sobre el tema en varias ocasiones en los últimos años, es prudente que hagamos un pequeño repaso sobre el origen del problema, la causa raíz, de que hayamos tenido un “rescate bancario”. Durante muchos años en México los bancos fueron instituciones privadas que prestaban un servicio público, básicamente colectar y cuidar el ahorro de los mexicanos, y ser intermediarios entre éstos, los ahorradores, y los deudores, aquellos que requerían de un préstamo para poner un negocio, hacer crecer a uno existente, comprar una casa o un auto. El banco pagaba un interés al ahorrador y cobraba otro a los deudores. La diferencia entre dichos intereses era el margen para el banco por dar el servicio y por asumir el riesgo de investigar bien a los deudores para minimizar la cartera vencida. Este esquema “natural” del sistema bancario funcionó relativamente bien durante el “desarrollo estabilizador” que comprendió desde finales de la 2ª Guerra Mundial hasta 1970. Sin embargo, durante los 70’s el sistema dejó de funcionar correctamente, principalmente por la inflación y devaluaciones (las crisis recurrentes) ocasionadas por las pésimas políticas económicas de Echeverría y López Portillo. Los banqueros dejaron de prestar porque no había condiciones para ello, las crisis recurrentes ahogaban a cualquier deudor, hacían imposible un análisis serio de cualquier proyecto.

Por otro lado, el marco jurídico era obsoleto, era muy difícil para los banqueros hacer valer las garantías depositadas por un deudor. Antes eso no importaba, pues la estabilidad permitía que la mayoría pagara a tiempo sus deudas y quien no lo hacía simplemente quedaba marginado del sistema, además los gobiernos autoritarios de entonces hacían valer las garantías aunque la ley no fuera clara en ello. Sin embargo, cuando las crisis aumentaron la proporción de cartera vencida, todo se salió de control. El gobierno en lugar de reformar las leyes para hacer más eficiente al sistema y garantizar el dinero de los ahorradores, así como la solvencia de los bancos, siguió con su cultura populista, y JOLOPO estatizó a la banca pues ya no le siguieron el juego. Hoy muchos se rasgan las vestiduras por el monto del “rescate bancario” que llegó casi a los 80 mil millones de dólares, sin embargo pocos recuerdan con cuánto se endeudó el gobierno de JOLOPO en 1982 para comprar todo el sistema bancario; en esa estatización los dueños de los bancos no perdieron pues, aunque la mayoría no quería, vendieron a muy buen precio sus negocios. Siendo ya propiedad del Estado, los bancos se burocratizaron escandalosamente, se llenaron de políticos y los préstamos, en lugar de ser autorizados con criterios contables, económicos, se autorizaban con criterios políticos y discrecionales. La cartera vencida en lugar de disminuir aumentó mucho más, se creó y fomentó la cultura del “no pago”. Estas son las causas raíz del problema del FOBAPROA, pésimas políticas económicas del gobierno, crisis recurrentes, una cultura generalizada del “no pago” y un marco jurídico obsoleto e ineficiente.

En el sexenio de Salinas se privatizó a la banca pero no se reformó la ley. Además la cultura del “no pago” estaba muy extendida y no había gente con experiencia bancaria, no había un buró de crédito, y para colmo se vendieron los bancos a “empresarios” sin experiencia, sin escrúpulos, sin ética, en muchos casos. Todo lo anterior pudiera no haber ocasionado mucho daño pero, durante la segunda mitad del sexenio salinista, se creó, artificialmente, una burbuja de bonanza en la economía, principalmente controlando el tipo de cambio, las tasas de interés bajaron, hubo oferta de créditos, y mucha gente se endeudó pero con tasas variables. Cuando sucedió la crisis de diciembre del ’94 el sistema bancario ya estaba muerto desde meses antes. El Banco de México se había quedado sin reservas tratando de mantener un tipo de cambio absurdamente bajo, simplemente para ganar las elecciones. El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA) consistía en exigirles a los bancos una proporción de los depósitos de sus ahorradores como garantía para protegerlos en caso de alguna quiebra bancaria. Esto es una práctica normal en todo el mundo y dicho fondo varía entre un 5 y un 15% del ahorro total. Se supone que, si un banco quiebra, el fondo de todos los bancos garantizará que las personas que depositaron su dinero ahí no lo perderán. Sin embargo, en todos los países, dicho fondo garantiza un monto máximo para cada ahorrador, de ese modo, la gente de menores recursos tiene garantizado el 100% de sus depósitos, pero a los grandes capitalistas se les garantiza solo una pequeña parte. Y eso esta bien pues se supone que quienes tienen mucho dinero tienen los recursos para investigar y escoger bien al banco donde depositarán sus ahorros minimizando el riesgo de una quiebra. Pero en 1995 la ley en México garantizaba el 100% de los ahorros de todo mundo, lo cual, dada la magnitud de la crisis que pasamos, era una locura.

Para finales de 1995 el FOBAPROA ya se había quedado sin fondos, ya se habían “rescatado” algunos bancos. Aquí quiero aclarar que estrictamente hablando no se rescató a los bancos, a los banqueros, como muchos ingenuos y algunos malintencionados creen y quieren hacer creer. Se rescató a los ahorradores de esos bancos que cayeron en quiebra porque no pudieron recuperar los créditos que otorgaron a tasa variable cuando la inflación, el dólar y las tasas de interés se dispararon. Los accionistas de todos los bancos intervenidos, excepto BANAMEX, BANCOMER, BITAL Y BANORTE, perdieron todo su capital, perdieron sus negocios. Claro que hubo varios banqueros que tenían autopréstamos y que no los pagaron, incrementando el problema. Cuando el FOBAPROA se quedó sin dinero el gobierno tuvo que garantizar con deuda (los pagarés), a una tasa de interés muy alta, la cartera vencida de esos bancos para sanearlos y evitar que el sistema bancario del país colapsara. ¿Era eso necesario? Para quienes teníamos algún dinerito ahorrado en esos días claro que lo era, además, la ley obligaba al gobierno a garantizar nuestros ahorros. De no haberlo hecho hubiésemos tenido el mismo problema que tuvo Argentina, donde los ahorradores, hasta la fecha, no pueden disponer de su dinero. El famoso “corralito” argentino consistía en “congelar” el ahorro de todas las personas pues los bancos no tenían los fondos. Muchos tenían ahorros en dólares, pero se los convirtieron a pesos argentinos ya devaluados y aún así no podían retirar su dinero. ¿Se imaginan lo que habría ocurrido en México si el gobierno hubiese hecho algo similar?

Para empezar hoy quienes critican al FOBAPROA estarían rasgándose las vestiduras porque el gobierno no garantizó el ahorro de los mexicanos, se diría que se estaría protegiendo a los bancos, que mucha gente se quedó sin comer, sin casa, sin dinero, porque su sueldo quincenal o semanal, que les era depositado en su cuenta de ahorros, no podría ser retirado. Toda la gente se habría concentrado en los bancos para tratar de retirar su dinero, pero no hubiesen podido hacerlo, todo el sistema de pagos del país habría colapsado, y sin lugar a dudas la seguridad nacional se habría trastocado pues la gente saldría a las calles para saquear tiendas, destruir bancos, tal cual sucedió en Argentina. Pero hoy nada de eso importa, muchos dirán que “el hubiera no existe”, y que el FOBAPROA si, pero es importante que no perdamos la justa dimensión de las cosas, las causas raíz de los problemas, los escenarios que habrían ocurrido y los porqués de las decisiones tomadas.

Una vez hecho el recuento histórico, comentemos el acuerdo, entre el IPAB y la SHCP con los cuatro bancos, de la semana pasada. Los pagarés que el FOBAPROA entregó hace años a los bancos, con altísimas tasas de interés, empiezan a vencer en el 2005, por lo tanto la SHCP tendría que contemplarlos en su presupuesto de egresos del año que entra. Sin embargo es mucho dinero y además hay muchos créditos dudosos que tienen que ser auditados para, de proceder, regresárselos a los bancos. Sin embargo los bancos tenían un amparo, cuyo fallo fue en su favor en primeras instancias, para evitar una nueva auditoria y que se encontraba en proceso de revisión en la Suprema Corte de Justicia. Era muy probable, dada las condiciones políticas en el Congreso, que los legisladores bloquearan en el presupuesto de egresos del 2005 el pago de dichos pagarés; en otros años el simple pago de los intereses ocasionó larguísimos debates e incluso hasta reducciones en los montos. Además, realmente no es lo mejor para el país que se paguen los pagarés del FOBAPROA, nos saldría carísimo. Lo mejor es que se intercambien por bonos del IPAB, con tasa de interés mucho menor, y plazo de vencimiento hacia el futuro; en otras palabras, renegociar en mejores condiciones esa deuda. Para los bancos es mucho más valioso, pues el nivel de riesgo es mucho menor, tener bonos del IPAB que pagarés del FOBAPROA en sus estados financieros. Por eso llegaron a un acuerdo. Los bancos se desistieron del amparo y el gobierno podrá hacer una última auditoria que será la definitiva para encontrar y sacar créditos ilegales.

Cabe aclarar que el monto que los 4 bancos en cuestión “metieron” al FOBAPROA es de 224 mil 605 millones de pesos, de los cuales los bancos “absorberán” inmediatamente 9 mil 500 millones por créditos relacionados que los bancos nunca debieron meter. También aceptaron “encapsular” un paquete por 7 mil millones de pesos compuesto por créditos menores a 200 mil pesos que no han sido auditados. Y menos los montos de algunos créditos que ya se recuperaron, activos por vender y pérdidas compartidas, el monto final que se convertiría a bonos del IPAB sería 107 mil 206 millones de pesos. Como podemos ver la diferencia es del 52%, más de la mitad, y la tasa de interés es mucho menor. Por donde se vea el país pierde menos haciendo el canje de los pagarés del FOBAPROA. Por ahí algunos críticos afirmaban que era menos del 1% del monto total, pero de mala fe hacían la comparación entre el monto total del FOBAPROA de más de 800 mil millones de pesos con los 9 mil 500 millones que los bancos absorberán de manera inmediata. Realmente estamos hablando de más del 13% del monto total o un 52% de lo que corresponde estrictamente a los 4 bancos en cuestión.

Quiero dejar en claro que el hecho de que haya canje de los pagarés del FOBAPROA por bonos del IPAB no es, ni lo debe ser, excusa para dejar de auditar los desfalcos financieros que se cometieron durante el proceso de rescate de los ahorradores. El hecho de que el gobierno asuma “oficialmente” la deuda y deje de ser contingente no debe exonerar a quienes cometieron ilícitos, el capítulo judicial contra los delincuentes deber continuar. Pero tampoco debemos estar en el extremo opuesto donde, irracionalmente, se cae en la terquedad de paralizar el proceso con la excusa de que no se han hecho auditorias suficientes, de que no se ha castigado a los culpables, “congelando” ese pasivo en la contingencia, con altas tasas de interés, y sin la posibilidad de renegociar mejores condiciones. El acuerdo entre el Gobierno Federal y los bancos es una muestra de que si se pueden hacer negociaciones donde todo mundo gane algo sin dejar de perseguir la verdad y la justicia.

sábado, mayo 06, 2006

Una disculpa

Quiero dar una disculpa a todos mis lectores. He dejado de publicar mis editoriales porque ya no he escrito nada mio. Aqui solo pongo lo que yo escribo. En el otro son recopilaciones de otros editorialistas.

Como en las ultimas semanas he estado enviando muchos mensajes, para no saturar a mis lectores, deje de escribir. Espero retomarlo tan pronto pasen las campañas.

Una disculpa.

Saludos

Dany Portales